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ENTREVISTA // JOSEP MARIA
SOLER CANALS, ABAD DE MONTSERRAT
"Los obispos han dejado una imagen de cercanía a Aznar"
JORDI CASABELLA
BARCELONA
Este hombre afable dirige la comunidad de monjes más numerosa
de España, 87 frailes, en su gran mayoría inquilinos de una montaña convertida
en un símbolo del nacionalismo catalán a la que en el 2004 se encaramaron 2,2
millones de visitantes. Soler es un hombre viajado, acostumbrado a escuchar
a sus interlocutores, que no rehuye las preguntas sobre una Iglesia católica
española barrida por los vientos conservadores que soplan desde el Vaticano.
--La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dice
que la Iglesia es de las instituciones que inspira menos confianza. ¿Significa
eso que España ya no es católica?
--El diagnóstico no puede ser simplista porque cuando se pregunta a la gente
si se considera católica, las encuestas apuntan hacia el 80%. Quizá habría que
decir que a nivel de fe, más o menos intensa, existe una gran mayoría que sigue
manteniéndola, pero por diferentes razones los responsables de la Iglesia inspiran
poca confianza.
--Después de que la Conferencia Episcopal Española (CEE) aprobara la pastoral
sobre el terrorismo en el 2002, criticada por nacionalistas vascos y catalanes,
no se oyó la voz de Montserrat. ¿Catalunya ya no necesita de los pronunciamientos
de la abadía?
--En aquel contexto Montserrat no hizo oír su voz, pero después sí hizo
gestiones con motivo de los cambios que tenían que producirse al frente de la
Iglesia catalana, pero sin darlo a conocer para no dañar lo que se estaba haciendo.
Después de la crisis de los obispados y los nombramientos, Montserrat sí habló.
--Pero subsiste la impresión de que Montserrat ha renunciado a ejercer la
labor de suplencia que hizo en otros periodos históricos ante la falta de liderazgo
de la Iglesia catalana.
--Diría que Montserrat habla ahora de otra forma, es otra voz de la Iglesia
que, a diferencia de otras, está diciendo: hay que hacer una opción por la cultura,
no hay que tener miedo a la ciencia, es preciso entrar en diálogo con el mundo
laico. Y eso lo hacemos a través del museo, trabajando con la universidad o
mostrando papiros egipcios.
--Muchos interpretaron que aquella pastoral fue una concesión al Gobierno
Aznar después de que los obispos vascos criticasen la ilegalización de Batasuna.
¿Ha habido demasiada proximidad entre la jerarquía católica y los gobernantes?
--Si se escucha lo que decían los obispos en algunos momentos de la anterior
época, no. Quizá hacia el final existió algo más, aunque también hubo obispos
disconformes. Pero la imagen que puede haber quedado, que se ha dejado a la
gente, es que existió excesiva proximidad.
--Hay quien sostiene que los obispos catalanes dependen en exceso de la jerarquía
eclesiástica española. ¿Cree que están en lo cierto?
--Creo que últimamente, con los cambios en las diócesis de Catalunya, iniciamos
una nueva etapa. Hay que esperar, pero tengo indicios de que podemos tener una
conferencia episcopal catalana más aglutinada y con iniciativa y voz más propia.
--¿Usted cree que la Iglesia católica española está siendo perseguida por
el Gobierno socialista?
--No. Ocurre que le ha colocado algunos retos delante que no son fáciles,
pero perseguida no.
--Supongo que se refiere a la legalización de los matrimonios gays. Hay católicos
que no están de acuerdo, pero que tampoco comulgan con los comunicados apocalípticos
y beligerantes del episcopado.
--Hay una realidad en la sociedad y el Parlamento y el Gobierno tienen que
regularla. Otra cosa es, si uno se considera cristiano, cómo enlaza esa necesidad
con su fe cristiana. Y otra cosa, para mí la más discutible, que se utilice
para ello la palabra matrimonio. Habría que darle otro nombre porque el matrimonio,
que es hecho precristiano, se ha entendido siempre entre hombre y mujer.
--¿Qué visión tiene el Vaticano de Catalunya?
--El Vaticano piensa más en clave de Estado que de autonomías o naciones
sin Estado. La visión que más les llega es la del nuncio, la CEE y el embajador
español ante la Santa Sede. Tienen un peso importante.
--Hubo un nuncio, Lajos Kada, que comparó la situación de los castellanoparlantes
en Catalunya con la minoría húngara en Transilvania, que vive marginada. A otros
les sorprenden las misas en catalán.
--Es bueno que visiten el país, el nuncio debería ir no sólo a Barcelona,
sino a las diócesis catalanas. Tendría que hacerlo más. Y habría que invitarle
más.
--Hay quien dice que la Santa Sede está ahora en manos de los que salieron
derrotados del Concilio Vaticano II.
--Para mí, el debate está entre los partidarios de quedarse en la literalidad
de los documentos del Concilio o los que propugnan que lo que hay que hacer
es seguir su espíritu. Lo ideal seria quedarse en una situación intermedia.
--¿El próximo Papa será italiano?
--Personalmente no me desagradaría. Después de un pontificado largo de uno no
italiano, creo que sería bueno porque los italianos tienen una manera de ser
y hacer que los hace muy adaptables a diferentes situaciones.
Noticia publicada en la página 35 de la edición
de 1/9/2005 de El Periódico - edición impresa. Para ver la página completa,
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