ENTREVISTA
a Ramón Jáuregui, diputado socialista en el Congreso
"El PSOE debería seguir
una política de mayor prudencia con la Iglesia católica"
EL TRASFONDO
"La ofensiva conservadora busca el control de la Conferencia
Episcopal"
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SOCIOLOGÍA ELECTORAL
"Atención a este dato: el 80% de los electores del PSOE se declara
creyente"
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ESTRATEGIA ECLESIAL
"Las leyes del Gobierno son la coartada de una ofensiva
neoconservadora"
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EL PSOE ANTICLERICAL
"En el PSOE todavía late un alma anticlerical que debe ser
superada"
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ENRIC JULIANA |
JOSÉ MARÍA BRUNET - 00:00 horas - 22/11/2004
El diputado vasco Ramón Jáuregui es una de las voces que expresa la
sensibilidad católica en el interior del PSOE. En la última reunión del
comité federal del partido socialista, su intervención no pasó nada
desapercibida: Jáuregui defendió abiertamente que la izquierda española no
puede considerar el hecho religioso como un asunto meramente privado y
estrictamente referido a las conciencias, a la vez que proponía matizar la
actual política del Gobierno con relación a la Iglesia católica.
El diputado vasco discrepa de las viejas pulsiones anticlericales que
todavía laten en el interior del PSOE y defiende que los socialistas deben
actuar inteligentemente ante la ola neoconservadora que impulsan fuertes
sectores eclesiales.
-¿Por qué lanzó usted en el último comité federal de su partido una
clara advertencia sobre la relevancia del hecho religioso?
-Yo acepto la política que lleva a cabo el Gobierno. Mi intervención en el
comité federal fue una llamada a la prudencia en las relaciones del
Gobierno y el PSOE con la Iglesia. En el 2004, es legítima una mirada más
laica a la política y a la legislación, que supere vestigios de un
confesionalismo muy presente todavía, tras dos siglos de relaciones
Iglesia-Estado muy peculiares. Es preciso incorporar una moral social
nueva, con una visión más igualitaria de los sexos, y una forma más natural
de relacionarnos con el sexo.
-¿Para qué pide más prudencia?
-En el PSOE subsiste un cierto sustrato anticlerical. Un cierto
fundamentalismo antirreligioso podría anidar en nuestras filas si nos
dejamos llevar por el anticleralismo y no vemos las religiones como un
hecho público. Muchos de nuestros textos han defendido que la religión es
un asunto referido a la intimidad de las personas. Ésta es una idea
incorrecta, Lo que pertenece a la intimidad es la fe, la creencia. Pero la
religión es un hecho público. Las religiones están en nuestro paisaje
urbano, en el calendario, en la forma de contar el tiempo y en el arte. Y
eso requiere una sensibilidad. Eso es lo que yo reclamo al PSOE.
-Voces de la Iglesia hablan de campaña anticatólica y algún obispo ya ha
citado la fecha trágica: 1936.
-El sector más conservador de la Iglesia española se escuda en las medidas
del Gobierno para retrotraerse al victimismo y lanzar una ofensiva que el
PP, lógicamente, va a aprovechar. La Iglesia está construyendo un triple
agravio. Dice que la identidad cristiana está marginada, que hay un ataque
profundo al derecho a la vida, y que también lo hay a su concepción de la
familia. Creo que la cúpula episcopal está siguiendo una estrategia
oportunista para articular una ofensiva neoconservadora, a la cual el PP se
va a sumar, aunque a algunos de sus dirigentes no les entusiasme.
-¿Cuál cree que es el motivo de fondo de la actual tensión?
-Creo que responde a la orientación conservadora de la cúpula de la Iglesia
española. Una serie de obispos que dominan la Conferencia Episcopal son los
que han decidido lanzar esta campaña de "rearme moral", en la
línea de lo que pretendía Rocco Buttiglione, el comisario italiano
rechazado por el Parlamento Europeo por sus declaraciones ultra
conservadoras. Ello coincide con una toma de poder teológico y pastoral por
parte de las organizaciones más conservadoras de la Iglesia, como son
Comunión y Liberación, Opus Dei, los Legionarios de Cristo y los
Neocatecumenales. Estas organizaciones están intentado acabar con el
pluralismo en el interior de la Iglesia, marginando allí donde pueden a
entidades como la HOAC, Cáritas o Acción Católica, que están quedando
desplazadas por una ofensiva absolutamente ultra. Alimentada por una burbuja
mediática en la que participan activamente la emisora Cope y el diario ABC,
esta ofensiva persigue crear un conflicto, que el PSOE, inteligentemente,
debería atenuar.
-¿En qué debería traducirse la prudencia que le pide al PSOE?
-El PSOE debe superar un anticlericalismo desfasado y absolutamente
incongruente con los tiempos, y asumir que la religión es un hecho público
susceptible de una determinada política. El 80% de nuestros votantes se
manifiesta, con distinta gradación, creyente. Un 30% es practicante; un 50%
no practica, pero es creyente, y hay un 20% de agnósticos. Y hay que estar
muy atentos a la sensibilidad religiosa. Supongo que a nadie se le escapa
lo que acaba de ocurrir durante las elecciones en Estados Unidos.
-¿Cree posible evitar un choque de trenes?
-Lo fundamental es establecer una interlocución institucionalizada. Urge
que no hablen tantos de un lado y de otro, y que dialoguen quienes tienen
que hacerlo. El PSOE nunca renunciará a las reglas básicas de la
democracia. Soy crítico con el mensaje del Papa de que los representantes
públicos, si son cristianos, tienen que dar respuesta a su moral cristiana
y no a su mandato electoral. La Iglesia tiene perfecto derecho a explicar y
defender su concepción moral, pero no puede impugnar el mandato ciudadano,
No puede negar el fundamento de la democracia. Pero hay elementos de
negociación posibles. Por ejemplo, sobre el sistema educativo o la
financiación de la Iglesia.
-¿Qué propone sobre la financiación de la Iglesia católica?
-La Iglesia ha hecho pocos progresos de autofinanciación. Es comprensible porque
lleva 200 años viviendo bajo el paraguas financiero del Estado, y cuesta
cambiar, sobre todo en un marco de crisis de vocaciones y de estructura.
Propongo negociar una progresiva aplicación del principio de autonomía
financiera.
-¿Qué negociaría sobre el sistema educativo?
-El sistema educativo debe asegurar una cultura religiosa a todos los
niños. Pero cabe discutir el carácter evaluable o no de la educación
religiosa. Ahí creo que se deberían superar las posiciones extremas.
Podrían ser evaluables determinados tramos de la asignatura, no todos.
También se debería negociar sobre los horarios de esta asignatura. No
descarto un entendimiento sobre estas materias.
-¿Se ha planteado el PSOE impulsar un estatuto de laicidad?¿Se va a
legislar sobre el aborto y la eutanasia?
-Ni sobre eutanasia ni sobre aborto ni sobre estatuto de laicidad, que yo
sepa, hay programas formales del Gobierno. La actual campaña contra la
eutanasia forma parte de la demagogia populista del sector más conservador
de la Iglesia española. En toda Europa se debate sobre el acompañamiento al
fin de la vida. En la práctica, la eutanasia se está produciendo
sistemáticamente con la desconexión en los hospitales. Hay una violación
brutal de derechos y una inseguridad jurídica enorme. La Iglesia ha cogido
por los pelos este debate, a propósito de la película Mar adentro,
cuyo éxito atribuye a una campaña oculta del Gobierno para alimentar la
fobia de la "ofensiva anticatólica".
-¿Y en cuanto a la reforma de la legislación sobre el aborto...?
-Esta cuestión estaba en el programa del PSOE, pero el Gobierno no ha
manifestado de qué manera quiere plantear el cuarto supuesto. Sería un
perfeccionamiento de un modelo que ya funciona. Se quiera reconocer o no,
es una cuestión aceptada por la sociedad española. La Iglesia tiene que
escuchar las voces de su propio seno. Es la Iglesia la que tiene que
reflexionar también sobre la sociedad cambiante.
-El divorcio sociológico entre los partidos de izquierda y las
organizaciones católicas es cada vez mayor...
-Lo que me preocupa es que ciertos sectores católicos están siendo
orillados de manera flagrante. El reciente congreso del apostolado seglar
en Madrid es una prueba de ello. La directora de Cáritas España, Nuria
Gispert, acaba de dimitir. La campaña victimista contra la supuesta
agresión socialista también hay que leerla en clave de poder interno. Esa
estrategia está en función de la reunión plenaria de la Conferencia
Episcopal prevista para febrero próximo, en la que se reorganizará la cúpula
del episcopado español. También por ello, pido prudencia a mi partido.
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