Los obispos rechazan el plan
Ibarretxe
Moralmente inaceptable es
para
DERECHO A
DECIDIR |
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INDEPENDENCIA
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NACIONALISMO
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CARMEN DEL
RIEGO - 08/01/2005
MADRID
.- Los obispos no se han hecho de rogar
y han entrado de lleno en el "fuerte debate social y político" que constatan que
ha provocado la aprobación del plan Ibarretxe. Lo han hecho con un rechazo total
a la propuesta, que consideran "inadmisible", porque supone una alteración
unilateral del ordenamiento jurídico. Por el contrario, defienden
Una nota de prensa titulada Sobre
nación y nacionalismos fijó ayer la posición de
Un año después, el presidente de
En su nota de ayer, los obispos otorgan
una "soberanía espiritual" a las naciones, como "ámbitos culturales de
desarrollo", pero que no tiene por qué expresarse en soberanía política, y
recuerdan que "las naciones, aisladamente consideradas, no gozan de un derecho
absoluto a decidir sobre su propio destino", lo que hace "moralmente inaceptable
que las naciones pretendan unilateralmente una configuración política de la
propia realidad", y en concreto, " la reclamación de independencia en virtud de
su sola voluntad". Por ello, "no es moral cualquier modo de propugnar la
independencia de cualquier grupo y la creación de un nuevo Estado".
La
nota de los obispos es contundente en su condena y dice que "cuando la voluntad
de independencia se convierte en principio absoluto de la acción política y es
impuesta a toda costa y por cualquier medio, es equiparable a una idolatría de
la propia nación". Y aunque acepta las opciones nacionalistas en determinadas
circunstancias, subraya que pueden degenerar "en una ideología y un proyecto
político excluyente, tentado de las aspiraciones totalitarias". Como conclusión,
proclama que "la pretensión de que a toda nación, por el hecho de serlo, le
corresponda el derecho de constituirse en Estado, ignorando las múltiples
relaciones históricamente establecidas entre los pueblos y sometiendo los
derechos de las personas a proyectos nacionales o estatales impuestos de una u
otra manera por la fuerza, dan lugar a un nacionalismo totalitario que es
incompatible con la doctrina católica".