Poema
de Josefina Verde
¡Oh tú, la paja humillada
por los hombres y las bestias
que tristemente calientas
y al momento no eres nada!
Tú, la que todos desprecian
porque al separar la espiga
de tu tallo que era vida
sin fruto ni amor te dejan.
Tú, que abatida y pisada
por el poder y la gloria
te ves, como pobre escoria,
en un pesebre olvidada.
Tú antaño fuente de espigas
de valores portadora,
tú eres ahora la señora
ante quien todos se inclinan.
Porque Dios, en la señera
fuente de su luz difusa
quiso nacer en la oscura
humildad de tu quimera.
Y coronó tu abandono
y tu humildad resignada
de saber que no eres nada
haciendo de ti su trono.
¡Y calor te suplicó
quien dio fuego al sol luciente
y como tú, humildemente
sobre el pesebre durmió!
¡Y llenó de resplandores
tu pobre seno escondido,
y jugó el Niño contigo
y te brindó sus primores!
Por eso quiero a mi vez
glosar tu suerte dichosa
que por ser humilde cosa
Dios te quiso enaltecer.
Y así como enalteció
la cruz muriendo sobre ella
a ti, te llenó de estrellas
y entre tu calor nació...
¡Oh tú, la paja humillada,
y sin fruto dolorida.
Serás ya siempre en la vida
cuna de la fe cristiana..!
Josefina VERDE ROPERO
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