Pascua 2007 – Los Cotos (Monesterio) y Calera de León

PREGÓN PASCUAL

¡Jesús ha resucitado!

[Suena un mensaje de móvil]

Enciéndanse los móviles
y pongan su antena en el corazón,
pues para todo hombre y para toda mujer,
¡ya hay cobertura!

Estallen las agendas para contener todo nombre
y acábense las tarjetas de recarga, pues desde hoy,
¡la comunicación entre la gente es ilimitada y gratuita!

Suena el timbre,
es un SMS de Dios en la bandeja de entrada de tu móvil:
“Rsucit y t spero n el kmino”

[Resucité y te espero en el camino]

Pásalo… que desde hoy, ¡el saldo es infinito!

Alegraos porque Cristo resucita desnudo,
sin nada, tan solo con las cicatrices de sus heridas de cruz;
tan solo con las marcas de su entrega total.

Él hace hermosas todas nuestras cicatrices,
y nos llama al desprendimiento.

¡Alegraos todos,
porque cuanto más pequeño y más débil te sientas,
mayor es la fuerza que recibes de Cristo resucitado!

Dios es nuestro gran acompañante en la vida.
Él nos guía en los malos y en los buenos momentos.
Libres, deja que nos caigamos
para ayudar a levantarnos.
Él resucita, y yo junto a Él, libre me levanto.

Esta es la Redención que se derrama con la resurrección de cada día,
posibilitando todos los comienzos,
emanando luz de todas las heridas,
afirmando al hombre frente a todas las sombras,
frente a todos los miedos,
llenando de sentido toda espera,
y de noticias claras todas las mañanas.

Alas de amanecer y risas de guitarra,
como un regalo virgen a cada ser humano.

En esta noche Dios nos vuelve a decir
que lo pone todo en nuestras manos,
y que se pone a nuestro lado incondicionalmente
para ser luz en nosotros que transporte,
que lleve confianza, compasión y compromiso a todos los rincones de la tierra.

Hoy es la noche de la esperanza.
Esperanza que debe llegar a todos, a todas,
y muy especialmente a los lugares de guerra, hambre, miedo, soledad…
Esperanza que esta noche Dios pone en nuestras manos,
como esa Luz que estamos llamados a llevar.

¡Levántate y mira!
Mira la Luz, clava tus ojos en la Esperanza.
Monta tu tienda al pie de la cruz,
porque en ella Dios hace nuevas todas las cosas.

Si de la abundancia del corazón hablan los labios,
llena tu corazón de la Razón que da sentido a tu vida.

¡Renuévate y grita a todos:
“Me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad”!

Pásalo… que desde hoy, ¡el saldo es infinito!