Ese lugar que conocéis
y que no vamos a nombrar

Nuestro objetivo era llegar hasta ese lugar que conocéis, y que no vamos a nombrar por seguridad para quienes nos han ayudado a conseguirlo. 

Ahora ese lugar se llama miedo, pobreza, hambre, violencia, injusticia...

... También esperanza, sueños de un mundo en paz, reparto equitativo de los bienes

 

En este lugar, la situación de la mujer y de la infancia es insoportable.

Todo comenzó en Febrero de 2007, cuando enviamos un contenedor con material sanitario y equipamiento para la maternidad recién construida.

Varias jornadas de camino. Un primer pinchazo nos obliga a hacer un alto.

Cáritas nos había prestado su Toyota. Y en algún lugar de este país en el que hay hambre y violencia encontramos una silla en la que alguien había escrito: “La paciencia es un camino de oro”

Mujeres y niños soportan pesadas cargas desde hace demasiado tiempo y no precisamente por caminos de oro

Es verdad que repulsivos lagartos al sol, insistente y nerviosamente, saludan con sus inquietantes movimientos de cabeza

No obstante, aunque contemplamos el ocaso de un atardecer lleno de belleza, junto al río Níger

También hemos visto niños que no renuncian a su infancia, a sus juegos, a su creatividad… ellos nos dejan presentir un día nuevo para este pueblo

No había electricidad cuando llegamos y así, varios días. Nada funcionaba, tampoco las gasolineras. El carburante hubo que comprarlo en la venta ambulante.

Un segundo pinchazo nos recordó que los caminos no son fáciles. Pero no se volvió a repetir.

Un alto en el camino para comprar pan

y algo de fruta... Nuestro privilegio ha sido comer varias veces al día

Acogidos por una comunidad de misioneros católicos pernoctamos a las puertas del desierto. Allí nos esperaban nuestros amigos para hacer con nosotros la última etapa del camino, escoltados por un convoy militar. Encontramos una capilla en la que el sol llenaba de luz este icono.

Se había conseguido un cargamento de leche terapéutica para el tratamiento de la malnutrición

Por fin llegamos a ese lugar que conocéis y que no vamos a nombrar.

Entre las indicaciones del dispensario, ya aparecía indicada la maternidad.

Pese a las minas colocadas en los caminos, las madres con niños desnutridos han vuelto al dispensario.

La última semana habían entrado 18 niños

Este pequeño de cuatro años nos muestra los estragos que están sufriendo los más inocentes.

 

Siempre es posible movilizarnos ante el hambre, la violencia, la pobreza...

Entre todos, hemos conseguido que la maternidad sea una realidad.

José Luis constata que todo ha llegado bien y se pone manos a la obra para instalar todo y poner en marcha la maternidad

La estrella de la maternidad es la mesa de partos. Nunca habían visto nada igual

Ocurría lo mismo con algunos instrumentos de limpieza. Hubo que explicar cómo funciona una fregona.

Las habitaciones quedaron equipadas con cunas, camas, armarios y demás material.

También con material para el pequeño laboratorio

Ahora no hay por qué parir sola, en una choza y en el suelo, aunque el miedo a ir al dispensario sigue paralizando

Un cartel sencillo muestra la gratitud de este grupo al Ayuntamiento y Comunidad de Madrid, y a la Plataforma Acoger y Compartir

El equipo que atiende al dispensario y la maternidad

Visitamos la escuela-comedor en la que se han hecho algunos arreglos con la ayuda enviada

Vimos los fogones instalados en la cocina

Hemos decidido que el próximo curso los niños no deben seguir comiendo cuatro en el mismo plato

Y aunque queda algo de comida, nos hemos comprometido a seguir sosteniendo esta escuela comedor

Hay que seguir ayudando. Esta es el aula que hace de clase y de dormitorio. Vamos a buscar la manera de conseguir literas y un lugar apropiado para que no tengan que dormir en el suelo

Nuestra amiga vino a mostrarnos el carrito que le compró AyC.

En este contexto nada fácil, la pequeña comunidad cristiana es un signo de compartir

En otro lugar del país, visitamos la construcción del laboratorio y la clínica oftalmológica

Gracias a la Caritas alemana, la clínica es ya una realidad

Damos las gracias a todos los que habéis hecho posible que AyC aporte unos gramos de esperanza a través de estos proyectos. Ahora hay que construir cuatro módulos medicalizados