Encuentro fin de curso en Zaragoza

4 al 6 de julio, 2008

 

Expo AyC (18) (Medium) Expo AyC (34) (Medium) Expo AyC (40) (Medium)
Expo AyC (44) (Medium) Expo AyC (54) (Medium) Expo AyC (163) (Medium)
Expo AyC (181) (Medium) Expo AyC (183) (Medium) Expo AyC (185) (Medium)
Expo AyC (121) (Medium) Expo AyC (202) (Medium) Expo AyC (94) (Medium)
Expo AyC (46) (Medium) Expo AyC (230) (Medium) Expo AyC (228) (Medium)
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Una breve crónica

Llegamos a Zaragoza el viernes por la tarde, el sol brillaba con intensidad. Fue un gozo el encuentro con José y la llegada a casa, pues así nos sentimos desde el primer momento: EN CASA.

En casa de los redentoristas: saludos, abrazos, alegría de encuentro, rostros nuevos, ACOGIDA....

La oración en una pequeña y entrañable capilla: acción de gracias por todas las actividades realizadas durante el curso, recuerdo de los que estaban lejos, el Padrenuestro con las manos enlazadas y unas palabras de la oración que resumen muy bien lo que comenzábamos a disfrutar:

Envía tu Espíritu Santo,
que nuestra convivencia estos días sea para nosotros
fuente de confianza y de una serena alegría.
Que lo que veamos y aprendamos nos haga
más solidarios con los que menos tienen
y más responsables hacia nuestro planeta.
Bendice Señor este encuentro.

Terminamos el día cenando a la luz de las estrellas, disfrutando los unos de los otros, gozando con la charla y con la agradable temperatura que nos brindó la noche....

El sábado visitamos la Expo, todo era espectacular: la cantidad de gente, los enormes espacios, el calor, la belleza de cuanto pudimos ver y disfrutar, pero sin duda alguna, lo mejor de todo: la preocupación de los unos por los otros y el disfrutar juntos de tanta belleza...

Terminamos el día con la cena ofrecida por los amigos de Zaragoza a la que LuisFe se trajo a nuestro guía en el espacio dedicado a la Santa Sede: ENTRAÑABLE...

El domingo comenzamos el día celebrando la Eucaristía, disfrutamos con la visita a la ciudad y comimos y charlamos como lo hace una gran familia.

Las despedidas poco a poco: unos por la mañana, otros después de la comida, los últimos a primera hora de la tarde...

Nos costó regresar y dejar ese lugar: tierra sagrada, tierra de encuentro, tierra de todos, tierra de amor... En cada corazón un hermoso recuerdo y la presencia constante del Agua y del Espíritu...