Peregrinación AyC Taizé 2008
Unas cincuenta personas participaron este año con AyC en una semana de encuentro en Taizé entre los días 24-31 de agosto.
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Charla del hermano Alois
Iglesia de la Reconciliación de Taizé
jueves 28 de agosto, al final de la oración de la noche
Es ya el final del verano y estáis todavía tantos de vosotros en Taizé. Me gustaría decir con esta ocasión un inmenso “gracias” a los jóvenes de los diversos continentes que han permanecido a lo largo del verano para acompañar y sostener los encuentros.
Después de un tiempo aquí, muchos se plantean la cuestión: ¿Cómo profundizar en una comunión con Dios de regreso a la vida cotidiana? Vemos que más y más jóvenes, en particular en Europa, tienen el sentimiento de estar demasiado solos en su búsqueda de Dios.
Quisiera deciros esta tarde: Tened el valor, incluso entre amigos, de hablar de la fe. Para muchos de vuestros abuelos, la fe era algo natural. Ahora tantas cosas nos alejan de una intimidad con Dios. Un apoyo mutuo es ahora indispensable.
Abrid la Escritura, ella nos ayuda; por ejemplo, sta asombra palabra de Cristo: “Cuando dos o tres se reúnen en mi nombre, yo estoy allí, en medio de ellos” En estas palabras, hay una certeza de que Dios no está lejos.
Cuando nos abrimos a los demás en verdad, Dios se hace presente. Algo del Reino de Dios puede venir. Cantamos a menudo en Taizé “Ubi caritas et amor Deus ibi est” Allí donde hay amor, allí mismo está Dios.
No hay necesidad de ser muchos para realizar esta experiencia. El Hermano Roger vino a Taizé solo. Solamente en un segundo momento se le unieron tres compañeros. En una hora en la que Europa se deshacía, tuvieron la convicción de que, incluso siendo pocos, podían comenzar a poner en práctica la reconciliación entre los cristianos y entre los pueblos.
Cristo nos pide que nos reunamos “en su nombre”. ¿Qué quiere decir esta expresión “en su nombre”? ¿No se trata en primer lugar de vivir de su perdón? ¿No es acaso éste el don más precioso que Cristo nos ha dejado y que desde entonces forma parte de nuestra identidad?
Del perdón tenemos necesidad tanto como del pan cotidiano. En el Padrenuestro pedimos lo uno y lo otro.
En ciertas situaciones, en particular en las rupturas afectivas, el perdón puede parecer inalcanzable. Pero entonces nos damos cuenta de que el deseo de perdón es ya el comienzo. Cristo toma sobre sí lo que parece una situación sin salida y nosotros podemos confiarle lo que necesita una curación.
El perdón no es solamente una exigencia puntual en las situaciones difíciles; es una actitud interior, una capacidad para crear la confianza que evita que las heridas, pequeñas o grandes, se enconen.
Después de su resurrección, Jesús envió a sus discípulos a llevar su perdón al mundo entero. Comencemos pues ya mismo con los que nos son confiados, con los que están cerca.
¡Si nuestras parroquias, nuestras capellanías, nuestros grupos de jóvenes pudieran ser en primer lugar lugares de bondad del corazón y de confianza! Lugares de acogida, donde busquemos sostenernos mutuamente, lugares donde estemos atentos a los más débiles.
Ensanchemos también nuestros corazones, abramos nuestros ojos a lo que nos es menos familiar. En nuestras sociedades tan marcadas por los malentendidos, las rivalidades y las heridas de la historia, podemos contribuir a la reconciliación y a la paz.
La complejidad de los problemas a los que nos enfrentamos no debe desanimarnos. Es un hecho: A veces bastan unos pocos para inclinar la balanza de la Historia hacia la paz.
Así que unámonos, aunque seamos sólo dos o tres, para contemplar más de cerca una situación de sufrimiento e intentemos comprender sus razones. Atrevámonos a visitar a los que sufren, los que son marginados o maltratados.
De este modo, descubriremos la presencia de Cristo incluso donde jamás lo hubiéramos esperado. Resucitado, está ahí, en medio de los hombres. Nos precede sobre los caminos de la compasión.
El monje símbolo del ecumenismo universal
Entrevista con el Cardenal Kasper con ocasión del tercer aniversario de la muerte del Hermano Roger. Leer la entrevista completa