La Cordera
A las doce menos cuarto
salió José a buscar leña
para calentar a la Virgen
porque de frío se hiela.
Cuando José vino
a encender la lumbre
ya estaba nacido
el Niño Jesús.
San José llora de gozo
y de esta suerte decía:
¡cuándo he merecido yo
ser esposo de María!
La Virgen le dice:
no llores, José,
que así lo ha dispuesto
el Dios de Israel.
Cuando nació Jesucristo
hubo una lluvia de estrellas,
como si el cielo arrojara
flores sobre su cabeza.
Y cada lucero
bajaba cantando,
de sus vivos ojos
las luces copiando.
Cuando la estrella de Oriente
entraba por el portal,
los pastores se asustaron
al ver tanta claridad.
¡Benditas las luces
que bajan del cielo,
que son del cristiano