En el 5º aniversario del asesinato del Hermano Roger y el 70 de la fundación de la Comunidad de Taizé
El semanario Vida Nueva ha dedicado un pliego a esta conmemoración en el número 2718, publicado en agosto, 2010. Descargar PDF
Nota de la Comunidad de Taizé
El 20 de agosto de 1940, en plena guerra mundial, el hermano Roger llegó solo al pueblo de Taizé con el proyecto de fundar una comunidad. Asesinado por una joven enferma durante la oración vespertina, muere el 16 de agosto de 2005.
Como él no deseaba que hubiera demasiadas palabras pronunciadas en las iglesias, la comunidad de Taizé marcó el doble aniversario de los 70 años de su fundación y de los 5 años de la muerte de su fundador por medio de una simple peregrinación, la tarde del sábado 14 de agosto:
Con las 5000 personas presentes en la colina, los hermanos se reunieron a las 19h.30 en un gran campo al lado del pueblo y celebraron al aire libre la primera parte de la oración común: cantos, un texto bíblico leído en varios idiomas por jóvenes de diversos continentes y un momento de silencio. Un joven italiano, originario de Trento, que vive en Taizé desde hace ya un cierto tiempo entró en la comunidad recibiendo el hábito blanco que llevan los hermanos.
Luego todos juntos, los hermanos y los miles de jóvenes de los setenta países que acababan de pasar la semana a Taizé, y también unos niños, atravesaron el pueblo en una peregrinación. Pasaron delante del cementerio de la pequeña iglesia románica dónde descansa el hermano Roger y dónde fue colocado, a la ocasión, el icono copto egipcio de la amistad, que era muy querido por el hermano Roger. Todos se dirigieron hacia la Iglesia de la Reconciliación donde se celebró la segunda parte de la oración común: se leyó el Evangelio de la resurrección y fueron iluminadas miles de pequeñas velas que cada uno tenía, simbolizando la esperanza de la resurrección.
El hermano Alois dijo está oración, siendo las únicas palabras pronunciadas:
Dios de amor, te damos gracias por la vida entregada de nuestro hermano Roger que nos ha dejado hace ya 5 años, y que hace 70 años llegó solo a este pueblecito de Taizé.
Buscaba vivir ardientemente de tu confianza y decir tu bondad infinita por cada ser humano, creyente o no: tú, el Dios vivo que no condena y que no excluye a nadie de su amor.
En esa confianza tú les concediste el encontrar la fuente de la alegría y de la paz: la paz del corazón que fue lo que hizo de él un creador de paz entre los hombre.
Como San Juan Bautista tan solo quería preparar los caminos de Cristo y reunir a tu pueblo para decirle a todos que « Dios está muy cerca de vosotros. »
Volverse hacia ti, Dios de amor, y estar cerca de los más pobres eran para él realidades inseparables. Aliviar los sufrimientos, acoger a los jóvenes, escuchar para así comprender todo del otro: allí se encontraba la vía que tú le abriste para que caminase tras los pasos de Cristo y para que escuchase al Espíritu Santo.
Aunque pobre y vulnerable, usando sus propias expresiones, con todas sus fuerzas eligió amar.
Amaba tu Iglesia que reúne a los creyentes en un única comunión más allá de todas las fronteras políticas, sociales o culturales. Esta era para él, el signo de esperanza de una humanidad reconciliada.
Te damos gracias el poder recordarle con toda la Iglesia. Las palabras de papa Benedicto van directo al corazón cuando escribe: «Que su testimonio de un ecumenismo de la santidad nos inspire en nuestro camino hacia la unidad.» Los patriarcas de Constantinopla y de Moscú, el arzobispo de Canterbury, los responsables luteranos y reformados, como tantos otros, se unen para decirte nuestro agradecimiento.
Concédenos, a todos nosotros, continuar de todo corazón lo que el hermano Roger comenzó. Como él, quisiéramos vivir de la amistad de Cristo poniendo en práctica, sin esperar, aunque sea una sola palabra del Evangelio.
En la comunión de toda la Iglesia a través del mundo y con quienes nos han precedido en la fe, desde los apóstoles y María, te alabamos y te cantamos:
“Jesucristo, luz interior, no dejes que mis tinieblas me hablen. Jesucristo, luz interior, concédeme acoger tu amor.”
Mensajes enviados
a la Comunidad de Taizé
El Papa Benedicto XVI
Querido Hermano :
En estos días cuando recordamos el retorno al Padre del querido Hermano Roger, fundador de la comunidad de Taizé, asesinado hace cinco años, el 16 de agosto de 2005, durante la oración de la tarde, en la Iglesia de la Reconciliación, Su Santidad el Papa Benedicto XVI desea que conozcais su cercanía espiritual y su unión en la oración con la Comunidad y con todos los que participan en la conmemoración de la memoria del Hermano Roger.
Testigo infatigable del Evangelio la paz y de la reconciliación, el Hermano Roger fue un pionero en los caminos díficiles hacia la unidad entre los discípulos de Cristo. Hace setenta años, él comenzó una comunidad que continua viendo cómo miles de jóvenes del mundo entero llegan hasta ella, en busca de un sentido para sus vidas, les acoge en la oración y les permite tener la experiencia de una relación personal con Dios.
Aunque él ha entrado en el gozo eterno, continua hablándonos. ¡ Qué su testimonio de un ecumenismo de la santidad nos inspire en nuestro caminar hacia la unidad y que vuestra comunidad continue viviendo e irradiando su carisma, de modo especial hacia las generaciones más jóvenes!
Con todo su corazón, el Santo Padre ruega a Dios que le llene de sus bendiciones, como también a los hermanos de la Comunidad de Taizé y a todos los que con ustedes están comprometidos en el trabajo por la unidad entre los discípulos de Cristo, especialmente los jóvenes.
Cirilo I, Patriarca de Moscú y de todas las Rusias
¡Querido hermano Alois ! ¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo !
Os saludo con todo el corazón, representantes de diferentes pueblos, países e Iglesias cristianaas, que os habéis reunido hoy para celebrar dos fechas memorables : el quinto aniversario de la muerte del hermano Roger y el 70 aniversario de la fundación de la comunidad de Taizé por él.
« Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, permanece sólo, pero si muere da mucho fruto. » (Jn 12, 24). Estas palabras del Evangelio, pronunciadas por Cristo, el Salvador, como anuncio de su muerte en la cruz y de su resurrección, no se dirigían sólo a sus discípulos, sino también a las futuras generaciones de cristianos. Toda la larga vida del hermano Roger, llena de actividades, y su muerte trágica e inocente han confirmado que él caminaba siguiendo al Señor en la entrega de si mismo.
Hoy en Taizé, unos cien hermanos, católicos y protestantes viven juntos. Y, a menudo, jóvenes creyentes de las Iglesias otodoxas visitan la comunidad. Considero importante que los jóvenes se reunan sobre el fundamento del patrimonio común de la Iglesia primitiva, que la comunidad estudia cuidadosamente e intenta seguir.
Más de una vez me reuní con el hermano Roger, y todas las veces pude apreciar hasta qué punto él conocía y comprendía la tradición de la Iglesia primitiva y hasta qué punto la Palabra de Dios y las obra de los Padres de la Iglesia eran un fundamento para su experiencia espiritual personal. Conjugar la fidelidad a las enseñanzas de los Santos Padres con una actualización creativa en el ministerio misionero entre los jóvenes de hoy en día caracterizaba el camino del hermano Roger, como así también el de la comunidad fundada por él. Los miles de jóvenes que visitan Taizé y participan en los encuentros anuales organizados por la comunidad en diferentes paises de Europa, testimonian de manera convincente que, todavía hoy, el mensaje evangélico del amor de Dios puede encontrar eco vivo en los corazones, si éste no sólo se predica con palabras, sino que se vive personalmente.
Desde lo más profundo de mi corazón, al felicitar a la comunidad de Taizé por sus 70 años de vida desde su fundación, deseo a los hermanos de la comunidad que permanezcan fieles al ejemplo del hermano Roger y lleven a cabo con celo su gran misión cristiana en la Europa contemporánea.
El Arzobispo de Canterbury, Rev. Dr Rowan Williams
Mi querido Alois :
Cinco años después de la muerte trágica del Hermano Roger, recordamos con dolor y agradecimiento todo lo que dio a la Iglesia y al mundo. Durante estos cinco años , hemos visto muchos cambios, pero muy poco en relación con los valores del Evangelio que el Hermano Roger encarnó. Hemos visto, una y otra vez, cómo los líderes del mundo fracasaban a la hora de tomar decisiones vinculantes para la protección del medio ambiente, y hemos visto ejemplos dramáticos de devastación medioambiental como el vertido de petróleo en el Golfo de México. Hemos visto cómo las instituciones financieras del mundo desarrollado casi colapsan, pero continuamos esperando ver un cambio radical de comportamiento que indicase que los que vivimos en las áreas ricas del mundo hemos aprendido las lecciones de ese trauma. Hemos visto los continuos estragos de la guerra y de la injusticia en muchísimas partes de Africa y de Asia, y la falta de una solución justa a los sufrimientos de los pueblos de Tierra Santa. Hemos visto el sufrimiento de los habitantes de Gaza, al mismo tiempo que veíamos el ascenso del fanatismo antisemita en algunas partes de Europa, la marea de violencia contra las minorías cristianas en algunas naciones y los prejuicios insensatos contra el Islam en otros ambientes.
« Si ellos no escuchan a Moises y a los profetas », dice Abrahán en la parábola de Jesús (Luc 16, 31), « tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite. » Es fácil reaccionar así frente a las tragedias de nuestro tiempo, sentir que el testimonio y el sufrimiento de los servidores de Dios siempre fracasarán a la hora de convertir y transformar. Sin embargo, la verdad es que la resurrección ha ocurrido. Y sabemos que ha ocurrido porque algunas personas han escuchado y han dejado que sus vidas sean transfiguradas de tal modo que transfiguran las vidas de los que están a su lado. Hace cinco años, escribía que el hermano Roger había sido una de esas escasas figuras que realmente cambian el clima de la cultura religiosa ; no por la fuerza o mediante una popularidad fácil, sino por la práctica, toda una vida, de una autoridad al modo de Cristo que se manifiesta en la humildad y el estar abierto a todos, la autoridad de un hermano y no de un dirigente.
El Hermano Roger es una prueba de la resurrección. La muerte es real y aparentemente poderosa en nuestro mundo, por la guerra y la enfermedad y la muerte del alma en la codicia y la apatía. Pero la vida y la muerte de un hombre como nuestro hermano nos dice que la muerte es vencida. Hay otra manera de vivir - saber si ésta conduce a la comodidad, al éxito o a la seguridad según los términos del mundo es irrelevante. Lo que importa, es que a través de esta vida nosotros vemos el Reino de Dios en la indefensión y en la generosidad de quien testimonia la resurrección. A través de esta vida, vemos también cómo éste testigo crea comunidad, no sólo en Taizé sino por todo el mundo.
Por ello, continuamos celebrando al hermano Roger como alguien que nos da confianza en la resurrección y nos invita a vivir en y por la resurreción. A la luz de su testimonio, somos liberados para fijarnos en las crisis y los traumas de nuestro tiempo y para recordar que, aunque, a menudo, no se escuche ni a Moisés ni a los profetas, y que el mismo Señor sea crucificado, nadie puede hacer callar la Palabra viva , y la muerte misma cede ante la acción y la entrega incesantes de Cristo resucitado.
Recuerdo con gran alegría mi visita el pasado año alrededor de esta época, y os tengo presentes a todos en mi oración agradecida.
El Secretario General de la Federación Luterana Mundial, Rev. Ishmael Noko
Queridos Hermano Alois, queridos hermanos de la comunidad, El próximo agosto, la Federación Luterana Mundial, como todos los miembros de la comunidad cristiana, conmemoramos el quinto aniversario del fallecimiento del fundador de la comunidad de Taizé, Hermano Roger. Su trágica desaparición llamó nuestra atención sobre la presencia entre nosotros de poderes de muerte y de violencia, que el el hermano Roger conocía bien desde su juventud.
Es en plena Segunda Guerra Mundial cuando él funda un sitio de refugio para los afligidos y perseguidos. Y una pequeña comunidad de hermanos se convierte en un lugar destacado comprometido con la reconciliación y la construcción de la paz en un mundo desgarrado por el odio y la destrucción. No podemos recordar su muerte violenta sin darnos cuenta, incluso de manera más viva, que él dio testimonio de una visión alternativa de vivir, basada en la comunión, por la oración, con Dios en Cristo.
El compromiso de Taizé por la reconciliación, la paz y la unidad de la humanidad es más actual que nunca. Celebraremos con gratitud el 70 aniversario de esta misión, el cual tendrá lugar apenas unos días después del aniversario del fallecimiento del hermano Roger.
En los 70 últimos años, Taizé se ha convertido en un punto de encuentro importante para los jóvenes de toda Europa y del mundo entero. La comunidad ha ofrecido a los cristianos de todo el mundo una forma característica de canto que nos une al cantar . En esta música, la esperanza de una comunidad de ser un medio y un gusto anticipado de la unidad de los cristianos ha encontrado una expresión inesperada.
Hoy, la simplicidad, otra de las preocupaciones claves del hermano Roger, toma un nuevo impulso en un mundo globalizado. La vida ejemplar del hermano Roger en la simplicidad nos invita a examinar las cuestiones de sustentabilidad ecológica de nuestro estilos de vida. Su testimonio nos lleva a las raíces del designio de Dios para la creación y para la humanidad.
Este verano, la asamblea de la Federación Luterana Mundial reunida en Stuttgart, Alemania, tratará de modo especial, en el espíritu de la oración del Padrenuestro, los desafíos de la justicia alimentaria y el compartir los recursos en la comunión global. También intentaremos poner estás cuestiones ante los ojos de todo el mundo.
Al recordar la muerte trágica del hermano Roger hace cinco años, agradecemos a Dios la vida de su fiel servidor comprometido por la unidad de los cristianos. Damos también gracias a Dios por la vida de la comunidad de Taizé, que continua, y os ofrecemos, hermanas y hermanos que celebráis estos dos aniversarios, nuestras oraciones por vuestro futuro en la esperanza.
¡Que el Señor esté con vosotros !
El Secretario del Consejo Mundial de las Iglesias, Rev. Dr. Olav Fykse-Tveit
Que la gracia, la misericordia y la paz estén con vosotros en nombre del Dios Trino - Padre, Hijo y Espíritu Santo. De parte del concilio Mundial de la Iglesias, una asociación de 349 Iglesias, tengo el honor de saludar a todos los hermanos de la comunidad de Taizé en esta ocasión especial.
Todas los miembros del Consejo Ecuménico se alegran con vosotros por la celebración del 70 aniversario de la fundación de la comunidad de Taizé por el hermano Roger. Este hito da lugar a la alabanza y la acción de gracias, a la misericordia y el perdón, a la renovación y la bendición.
El camino recorrido los últimos setenta años ha producido frutos para la inspiración y las bendiciones que el ministerio de la comunidad de Taizé ha dado al mundo. La « parábola de la comunidad »ha sido un servicio pionero: ésta ha inspirado a las Iglesias de todo el mundo, ella es un modelo por su participación en las necesidades espirituales y materiales del pueblo de Dios y , en particular, las de los jóvenes. Sabemos que un hito así ofrece la ocasión para dar gracias por el pasado, recibir la misericordia y buscar el perdón. Y, especialmente, seguimos recibiendo misericordia y buscando el perdón cuando celebramos la vida del querido hermano Roger, que nos fue arrebatado tan brutalmente - él, que infatigablemente dió su vida para testimoniar la llamada de Cristo al amor y a la reconciliación. Nosotros le recordamos y y luchamos por crear - como él dijo- una « comunidad donde la bondad del corazón y la simplicidad estuviesen en el centro de todo».
Este hito es también un momento para contemplar el futuro en Cristo, buscar la renovación de la comunidad por la presencia del Espíritu Santo y pedir que Dios bendiga la trayectoria de las generaciones futuras. La misión universal de la comunidad de Taizé ha tocado las vidas de millones de personas ; y, sin embargo, queda todavía mucho trabajo por hacer.
Mi oración más sentida es que la misión y el testimonio de la comunidad de Taizé sigan reforzando la vida espiritual y material de la gente; así, esto será una bendición no sólo para la comunidad, sino también para el mundo, y para las Iglesias en su búsqueda continua de la unidad visible y del testimonio común de Cristo.
Del mismo modo que Dios estuvo al lado de Pablo, como él le cuenta a Timoteo, Dios está junto a y en el seno de la comunidad, fortaleciendo y guiando su misión y su testimonio. Y por la gracia de Dios, las Iglesias miembro del Consejo ecuménico están también junto a la comunidad de Taizé en la celebración, la acción de gracias y la oración