Noticias desde Meki
Nos cuenta Mar:
"Hola a todos,
Se que pasa mucho tiempo entre un mail y otro, pero algunas veces me cuesta encontrar el momento para escribir.
No quería que pasara más tiempo sin contaros que somos uno más! Sí, hace unas semanas llegó un nuevo niño a nuestra casa, bueno más que un niño todo un adolescente! Se llama Fikadu, que podría traducirse como “mi amado” o algo así. Fikadu tiene 12 años y viene de Gambo, una población unos 100km al sur de Meki. Fikadu vivía hasta hace unos meses con su madre y su hermano mayor, pero la madre tuvo que ingresar en el Hospital de Gambo y murió allí acompañada de Fikadu
En ese momento nos llamaron desde el hospital de Gambo para decirnos que el niño estaba sólo, ya que el hermano apenas tenía 17 años y no podía hacerse cargo de él. Después de un proceso de varios meses (papeles y más papeles) en los que Fikadu ha estado viviendo en el hospital a cargo de los/as misioneros combonianos, ¡¡¡por fin está en casa!!!
Los niños del hogar estaban esperándole expectantes (sobre todo los chicos), eso de que el que llegue no sea un bebé es una suerte para los más mayores, así ya tienen un nuevo compañero de juegos sin tener que esperar unos años a que crezca. Algunas veces los voluntarios y la gente que nos visita, nos preguntan como se adaptan los niños que llegan nuevos al hogar, si es difícil para ellos llegar a un lugar nuevo lleno de extraños, o como se lo toman los que ya están aquí viviendo. El caso es que, aunque sea difícil de creer, hasta ahora nunca hemos tenido problemas en la adaptación de ninguno de los niños. Cuando llegan ya mayores, alguno de los niños del centro les coge de la mano y les enseñan donde esta cada cosa, quien es quien en la casa y cuales son las rutinas aquí. Y los que llegan nuevos lo aceptan todo como si llevaran haciéndolo toda la vida. Y así ha sido con Fikadu, en un par de días era uno más, se sabía el nombre de todos los niños y trabajadores y colaboraba en casa igual que los otros. Como ha llegado a mitad de curso no hemos podido matricularlo en el cole, pero las trabajadores se ponen con el todas las mañanas un rato para que esté un poco más preparado para el curso que viene.
También quería contaros que nuestra bebé, Hiwot, después del susto que nos dio a las pocas semanas de llegar ya está perfectamente. Estuvo un par de semanas ingresada con dificultad respiratoria, probablemente porque era prematura, pero después de eso no ha dejado de crecer y ahora mismo está enorme! Y preciosa….
Justo antes de empezar nuestra cuaresma la bautizamos; fue un día especial para todos, a las 6 de la mañana estábamos todos en la iglesia, niños y trabajadores y cuando acabó la celebración nos fuimos todos a casa a celebrarlo con un desayuno de esos que te dan ganas de acostarte otra vez después de terminar. Ese día no sólo fue especial porque era el bautizo de Hiwot, sino también porque por primera vez su madrina no fue ninguna de las trabajadoras o yo (como venía siendo habitual), sino que una de las chicas mayores, Elsa, nos pidió ser ella la madrina. Fue muy emocionante ver a Elsa, vestida para la ocasión, haciéndose responsable de una de sus “hermanas” pequeñas.
Durante estos meses hemos tenido en casa una invitada muy especial, se llama Eyerus. Eyerus tendrá unos dos años y la abandonaron hará un par de meses en un poblado cerca de Meki. Nos la trajeron desde servicios sociales para que nos hicieramos cargo de ella hasta que se encontrara un lugar mejor donde llevarla, ya que Eyerus tiene parálisis cerebral. Nada más llegar, la llevamos a la clínica, y allí nuestras enfermeras la reconocieron como una de sus pacientes, localizamos su cartilla y así supimos quien eran sus padres y donde vivían. Después de eso, desde servicios sociales se movilizaron para localizar a la familia y al cabo de un mes encontraron a la madre y a los abuelos. Resulta difícil de creer que alguien quisiera abandonar a Eyerus, los niños del hogar nos decían continuamente “ojalá no encontréis a la familia y así se pueda quedar con nosotros” o “su madre tiene que estar loca, pero si es preciosa, como ha podido abandonarla??” Ha sido una alegría para nosotros el mes y medio que ha estado por aquí, y nos costó más de una lágrima el día que se fue. Cuando conocimos a la madre de Eyerus, las cosas cobraron un poco de sentido y hasta entiendes que una niña de 17 años con un bebé con parálisis cerebral, a la que su familia la repudió en cuanto se quedó embarazada y que la familia de su “novio” echó de casa cuando esté se fue a la universidad, se asuste y abandone a su hija, no parece algo tan descabellado. La madre de Eyerus, era una chavala muerta de miedo que no sabía qué hacer y cuando le llevamos a la niña, no dejó de llorar y de darnos las gracias por haberle devuelto a su hija. La familia de la madre no las quería a ella y a la niña por allí, así que le ofrecimos algo de ayuda para que pudiera venirse a vivir a Meki en intentar vivir por su cuenta con su hija. Ahora, Eyerus viene cada día a la guardería y su madre esta pensando en volver a estudiar, nosotros le estamos ayudando con el alquiler de la casa y si decide seguir estudiando intentaremos también echarle una mano con la matrícula y el material escolar. Con este arreglo, además, los niños del hogar están contentos, porque siguen viendo a Eyerus siempre que quieren en la guardería.
El resto de los niños todos bien. A Iván, ya casi recuperado de su quemadura, tendremos que operarle en los próximos meses porque la mano y el brazo derecho se le han quedado bastante retraídos, así que habrá que operar y hacerle algún injerto de piel. El resto de los enanos creciendo y los mayores con sus estudios y con ganas de vacaciones como cualquier otro niño…
Ya han empezado las obras de la casa de voluntarios y coordinadores y esperamos que esté terminada para julio, que es cuando tenemos por aquí a los voluntarios de verano. Después de eso nos pondremos con la ampliación de la clínica, ya os iremos contando.
Y nada más por ahora, que la semana que viene será Semana Santa en Etiopía. Por aquí ya estamos preparándonos para celebrarlo por todo lo alto. ¡Prometo fotos de la fiesta!
Un beso enorme a todos y sed muy felices!"
Mar Díaz Barba, directora del proyecto Let Children Have Home