Con los jóvenes de Hong Kong
La Iglesia Católica, por boca de sus dos cardenales en Hong Kong, ha urgido al gobierno de Hong Kong a salir del punto muerto político, después del uso de la fuerza policial para dispersar a miles de manifestantes desarmados que pedían democracia plena en la ciudad.
El Cardenal John Tong Hon de Hong Kong pidió al gobierno que asegurara la seguridad de las personas y “que el ejercicio de la fuerza fuera restringido con vistas a escuchar la voz de la generación más joven y a ciudadanos de toda clase.” Lanzó su llamamiento el 29 de Septiembre, un día después de que la policía lanzara 87 botes de gases lacromógenos para dispersar a los estudiantes y protestantes que marchaban contra las restricciones impuestas por China para las próximas elecciones.
El 1 de octubre, día de la fiesta nacional china, el Cardinal Joseph Zen ke-kiun, obispo emérito de Hong Kong, sugirió al Jefe del Ejecutivo Leung Chun-ying que dimitiera “provisionalmente” y que el gobierno reconsiderara la reforma política.
Hong Kong, que fue devuelta a China en 1997, es una región administrativa especial, gobernada por la Ley Básica, una especie de mini-constitución. Algunos protestantes manifiestan que sólo los candidatos favorecidos por Beijing podrán presentarse a las elecciones de para Jefe del Ejecutivo de 2017.
Decenas de miles de personas protestan en diferentes lugares de la ciudad cada día y miles pasan la noche en las calles. Varias Iglesias, entre ellas la Iglesia Católica, la Metodista y la Anglicana, han abierto sus instalaciones para apoyar a los manifestantes, mientras que muchos cristianos organizan sesiones de oración en las zonas de concentración.
Noticia tomada de Catholic Herald y traducida por AyC
100 jóvenes católicos oraron por la democracia frente al edificio gubernamental de Hong Kong (CNS)