Q. 6. Y ahora, ¿qué hacemos? La cuestión ética

¿Qué es la moral?

El cristianismo no fue nunca una excursión intelectual. La pregunta ¿qué debemos hacer? sucede inmediatamente a la confesión de fe. El cristiano no sólo afirma una serie de verdades teóricas, sino que trata de vivir toda su existencia como una respuesta a la voluntad de Dios.

Ahora bien, la pregunta sobre qué debemos hacer, la cuestión ética, no es exclusiva de los creyentes. Hombres y mujeres no-creyentes de gran talla moral han demostrado en la teoría y en la práctica que no es verdad aquello que afirmaba Dostoieski: "si Dios no existe, todo está permitido"

La ética o moral (usamos ambos términos como sinónimos) no incumbe sólo a los creyentes, sino a todo ser humano en cuanto está dotado de libre albedrío. La persona humana no está totalmente determinada por la naturaleza, puede optar. La moral es la sabiduría que ayuda a hacer uso de la más preciosa de las capacidades humanas, la libertad.

Para muchos, "moral" es sinónimo de "normas morales". La moral, en este sentido, consistiría en la aplicación de normas morales. Una cuestión moral sería, por ejemplo, cómo aplicar la norma: "no matar". ¿Esta norma es siempre válida o tiene alguna excepción?, ¿es lícito matar en defensa propia?, ¿qué pasa si se comete un homicidio por accidente?, ¿es justa la guerra?, ¿y la pena de muerte?

Pero la moral abarca mucho más que las normas morales. El objeto de la moral es la totalidad de la persona, quien se construye desde la libertad a lo largo de su vida.

En la parábola del hijo pródigo, el hijo menor ha cometido actos inmorales, mientras que el mayor no ha hecho nada malo. Pero el hijo menor vive un proceso que, integrando el pecado, le devuelve a una relación de reconciliación con el Padre. El mayor, sin embargo, a pesar de que no ha roto un plato en su vida, es incapaz de entender su lugar como hijo y como hermano, y de dar un sentido a su libertad.

Una moral centrada en las normas fácilmente nos puede hacer perder de vista la totalidad del ser humano en proceso y en sociedad. El objeto principal de la moral es este ser humano libre y en proceso en medio del mundo. La moral debe ayudarle a conducir su vida y a darle sentido.

Una existencia que se limita al cumplimiento de normas morales es difícilmente una vida humanamente plena. Una moral que se limita al estudio de la aplicación de las normas se llama casuista. Una moral casuista es un ética empequeñecida. Contra este modo de entender la moral lucharon los teólogos católicos que prepararon el Concilio Vaticano II, entre ellos el redentorista Bernhard Häring. Según Häring:

La teología moral no tiene como cometido primero la adopción de decisiones ni los actos aislados como tales. Su tarea básica y su objetivo es conseguir una visión exacta, valorar las principales perspectivas y presentar aquellas verdades y valores que deberían ser el fundamento de las decisiones tomadas ante Dios

Conceptos básicos de ética
Las normas ocupan un lugar importante en la ética, pero hay otros conceptos morales que nos ayudan a pensar el hecho moral. Estas son las más importantes

Acto humano. Son actos humanos aquellos actos del hombre en los que éste ejerce su libertad. Por lo tanto, no son actos humanos, aquellos actos del hombre realizados sin libertad. La responsabilidad moral no alcanza los accidentes inevitables, ni tampoco aquellos eventos que no podemos controlar, como los sentimientos o las reacciones psicopatológicas.
Los actos son expresiones de la persona, pero un acto aislado nunca expresa totalmente lo que la persona es.

Valor. Son valores la paz, la justicia, la belleza, la felicidad, el bien, la igualdad, la justicia, la libertad, la solidaridad, la amistad, el respeto, ... No son objetos sino entidades abstractas que consideramos valiosas en sí mismas, pues significan aquello que hace que la vida merezca ser vivida.

Norma. Las normas son como recetas que nos ayudan a vivir los valores. Pero las normas no nos dispensan de discernir si en las circunstancias presentes realmente defienden o no un valor. Una norma sin el respaldo de un valor carece de sentido.

Hábito. La práctica continuada del bien o el mal crea en el ser humano buenos y malos hábitos. Aquellos se llaman virtudes y éstos vicios.

Conciencia. Es la capacidad que habita cada se humano de reconocer el bien y el mal. La Biblia Hebrea con frecuencia lo llama bl "lev" (corazón). El Concilio Vaticano II lo describió como "el núcleo más sagrado y el sagrario del hombre" (Gaudium et Spes 16)

Sentimiento de culpa. Todos lo hemos sentido alguna vez. Para explicarlo, podemos compararlo al dolor físico. El dolor físico nos avisa de que algo anda mal en nuestro organismo, el sentimiento de culpa de que algo anda mal en nuestro obrar moral. Aunque a ninguno nos guste, el dolor es imprescindible para mantener la integridad corporal. Del mismo modo, el sentimiento de culpa cumple una función en el mantenimiento de la vida moral. Sin embargo, -al igual que el dolor físico-no siempre cumple bien este cometido.
La capacidad de sentir la culpa es, en gran medida, producto de nuestra educación. Dependiendo de ésta, somos más o menos sensibles a ciertos males morales que a otros. Una educación deficiente (y todas lo son en alguna medida) puede provocar que tengamos sentimientos de culpa que no corresponden a ningún mal moral o que no sintamos culpa ante ciertos males morales. Continuando con el símil del dolor físico, el sentimiento de culpa, al igual que el dolor, puede convertirse en sí mismo en un problema, perdiendo su función de ser un síntoma, un aviso, del verdadero problema.
Aunque el sentimiento de culpa está en relación con la conciencia moral, pero no debemos confundirlo con ésta. Por ejemplo, hay personas que han sido educadas para sentirse culpables cuando discrepan con una figura de autoridad. El sentimiento de culpa les dice que se sometan a la autoridad, aunque las exigencias de ésta sean injustas. La conciencia invita, por el contrario, a luchar contra la opresión.

Ley civil. Ley civil y ley moral tampoco son la misma cosa. La ley civil nos hace responsables ante el estado, que puede aplicar penas por su incumplimiento. La ley moral nos hace responsables ante nuestra conciencia. En principio, las leyes de un estado de derecho son justas y obligan también en conciencia, sin embargo, pueden existir leyes injustas. Ante estas leyes, nuestra conciencia puede empujarnos a la objeción de conciencia, o incluso la desobediencia civil.
Pecado. Es el fracaso moral del que nos sentimos responsables ante Dios. El creyente vive su vida moral delante de Dios y sabe que lo que hace le importa a Dios. Cuando fracasa no responde sólo ante sí, pues sabe que no puede esconder su verdad ante Dios. Ahora bien, el cristiano sabe también que el juicio de Dios es la misericordia.

Elenco de áreas de la moral
He aquí un elenco de las áreas principales que estudia la ética y los valores que defiende en cada una de ellas

Moral de la comunicación interpersonal. El ser humano se realiza en comunicación con los demás. Valores: fidelidad, veracidad, libertad, amistad, amor, etc.

Bioética. Valor: la vida human desde su comienzo hasta su fin. Este área de la moral ha conocido un espectacular crecimiento en los últimos años debido a las nuevas técnicas de reproducción, por un lado, y de prolongación de la vida, por otro.

Moral sexual. La energía del sexo se convierte en manos de la persona en instrumento privilegiado de comunión y de desarrollo personal. A nadie se le niega, sin embargo, que un mal uso de la sexualidad puede crear desastres en el corazón humano. Valores: intimidad, fidelidad, gozo, etc.

Moral familiar. Las relaciones entre los miembros de la familia son una parte esencial de nuestra vida. Valores: respeto, gratuidad, amor, etc.

Moral económica. Relaciones laborales y de intercambio económico. Valores: justicia, solidaridad, etc.

Moral política. Responsabilidades políticas de los ciudadanos, y deberes de los gobernantes. Valores: justicia, honestidad, igualdad, democracia, etc.

Moral de la paz Defensa del valor de la paz. Estudio de estrategias para resolver conflictos.

¿Qué tiene que ver Dios con la ética?

Afirmamos claramente que todo ser humano -creyente o no- tiene conciencia y es éticamente responsable.
El creyente vive su existencia ante Dios, se siente responsable ante Él del desarrollo de los dones que ha recibido.
San Ireneo de Lyon, un creyente del s. III escribía "la gloria de Dios es el hombre vivo". El Dios de la tradición cristiana no tiene otro interés que la plenitud humana.

En la tradición cristiana encontramos recursos para caminar en pos de esa plenitud humana, que es la voluntad de Dios para cada persona.

Uno de los más conocidos y más útiles es el decálogo.

Los "diez" mandamientos
El decálogo se encuentra en dos lugares de la Biblia Hebrea en versiones ligeramente distintas: Éxodo 20,1-17 y Deuteronomio 5,6-21. Aquí trascribimos la versión del Éxodo

Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy YHWH tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.
No tendrás otros dioses delante de mí. No te harás ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás ni los servirás; porque yo, el YHWH tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. No tomarás el nombre del YHWH tu Dios en vano, porque el YHWH no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano.
Acuérdate del día de Sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, mas el séptimo día es día de reposo para el YHWH tu Dios; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo. Porque en seis días hizo el YHWH los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el YHWH bendijo el día de reposo y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el YHWH tu Dios te da.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No hurtarás.
No darás falso testimonio contra tu prójimo.
No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo. (Ex 20,1-17)
El decálogo se enmarca en el contexto del éxodo, la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. Dios se presenta como el autor de esa liberación. No es un dios cualquiera, sino el que sacó a Israel de "la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre"

El primer mandamiento es el más largo y prolijo. Es una proclamación de la fe monoteísta que da sentido a la vida espiritual de Israel. El mandamiento de no hacerse ídolos y no tomar el nombre de Dios en vano es expresión del compromiso de luchar contra toda manipulación del nombre de Dios.

¿Qué es lo primero que pide un grupo de esclavos que está a punto de fundar una sociedad de hombres y mujeres libres? El descanso semanal. Aunque Jesús denunció ciertas aplicaciones de esta norma sacadas de quicio, la norma del descanso semanal se ha implantado en toda la cultura occidental y más allá. Es un símbolo de los derechos de los trabajadores.

Honrarás a tu padre y a tu madre, el único mandamiento con recompensa (Cfr. Ef 6,2)

Los otros mandamientos están enunciados de modo lacónico: no matarás, no adulterarás, no robarás, no darás falso testimonio. Obsérvese que no se dice "no cometerás actos impuros", sino "no adulterarás". No se dice tampoco "no mentirás". Finalmente se prohíbe la codicia como la raíz de los anteriores pecados contra el prójimo.

Como se ve no son mandamientos imposibles de cumplir por su rigor, sino expresiones de una moral muy simple para poder convivir. Viviríamos en paz, si todos cumpliesen estos mínimos.

Jesús va más allá de estos mínimos en su Sermón de la Montaña (Mt 5-7)

¿Nos podemos poner de acuerdo?

Coexistimos sobre el planeta hombres y mujeres de diversas tradiciones religiosas y culturales, esta pluralidad es la mayor riqueza de la humanidad. En un país, antes relativamente homogéneo como España, viven hoy, además de la tradicional mayoría católica, importantes grupos de cristianos de otras confesiones, musulmanes y personas sin confesión religiosa.

¿Podemos ponernos de acuerdo hombres y mujeres de distintas tradiciones culturales y religiosas en cuestiones éticas? Algunos teóricos de la ética proponen una ética de mínimos que sirviera de base de convivencia para las comunidades humanas del planeta.

La expresión cumbre de esta ética de mínimos son los derechos humanos. Los estados miembros de las Naciones Unidas han prometido defender estos derechos inalienables del ser humano (otra cosa es que las cumplan).

La comunidad católica, aunque no sólo ella, propone a sus miembros ir más allá de esta ética de mínimos. Podríamos hablar de una ética de máximos en temas como la el sacrificio por los demás, la opción por los pobres, o la defensa de la vida. Pero todos podemos, -y por el bien de la convivencia humana-, debemos, coincidir y colaborar en la defensa de los derechos humanos.