Exposión "Franquicia"
de Emma García-Castellano
La exposición está organizada por la Escuela de Arte "Pedro Almodóvar" y la Escuela Superior de Diseño de Ciudad Real (Plaza de la Provincia, 1. 13001. Ciudad Real. Tlf. 926224032)
La inauguración tendrá lugar el jueves, 7 de octubre, a las 20:00 horas. La exposición continuará abierta hasta el día 29 de octubre. Horario: De 10:00 a 14:00 horas y 17:00 a 20:00 horas, de lunes a viernes.
En la naturaleza no existen dos flores iguales, ni dos árboles iguales, cada segundo que contemplas correr el agua del río, estás viendo un nuevo río.
En cambio al hombre/mujer, parece asustarle la diferencia, nos gusta sumergirnos en la masa, perdernos en la generalidad, criticamos al diferente, quizá porque envidiamos su valentía, pero preferimos seguir dentro de la norma. Unificamos criterios, en la enseñanza, en la política, en la sociedad, incluso las diferencias se mueven dentro de márgenes estipulados.
Nos han globalizado unificando mercados, sociedades y culturas. Dejando un breve margen para la diferencia.
Procusto, famoso salteador de la mitología griega (hijo de Poseidón), tenía una estatura y fuerza prodigiosa. Atraía a su oscura mansión a los caminantes para robarles y, al mismo tiempo, hacerles sufrir atroces suplicios. Procusto acostaba a sus víctimas en un lecho de hierro y las sujetaba con firmeza. Si las piernas de sus prisioneros excedían los límites de la cama, cortaba de un hachazo la parte sobrante. Si, por el contrario, las piernas eran menores que la extensión del lecho fatal, las extendía hasta que diera la longitud exacta del perverso tálamo. Este cruel uniformador social reducía a cualquiera que se animase a tener una altura diferente de sus dimensiones preferidas y exactas. Por lo tanto, Procusto constituye el paradigma perfecto de la vulgarización de la mediocridad y de todas las cárceles mentales en las que suele aprisionarnos la estupidez organizada.
Cuando yo era pequeña y mi padre regresaba de algún viaje yo le recibía nerviosa, porque estaba segura de que me traería algún regalo alucinante algo que yo nunca había visto antes. Cada lugar al que viajaba tenía su personalidad, diferencias a veces incomprensibles y no por ello menos atractivas.
Pero llegó la franquicia y con ella, la uniformidad tan apreciada en esta sociedad, la explotación de una marca, un producto o un servicio, a cambio de determinadas contraprestaciones económicas y bajo el cumplimiento de una misma disciplina de actuación común.
Y de todo ello surgió una sociedad uniformada, ya nos había advertido Michael Ende de los hombres de gris, mostrándonos el peligro de verse seducido por los intereses ocultos de empresas que cuentan con el suficiente poder, como para influir en el estilo de vida de la gente.
Y Procusto se mantiene vivo, y sus atrocidades admitidas por la sociedad actual como un mal necesario para que todo funcione en armonía.
Pero Procusto no sobrevivirá a la creatividad, a la tolerancia, a la imaginación…, matrices de un mundo que merece la pena reinventar una y otra vez más.
Emma García-Castellano García