Nota de la Conferencia Episcopal de Haití sobre los Ataques a Religiosos y Religiosas
La Conferencia Episcopal de Haití recibe con pena y consternación las informaciones de que religiosas y religiosos, así como sus comunidades y casas, han sido presa de ladrones desvalijadores y de personas malintencionadas de toda clase. En efecto, desde Noviembre 2014 hasta hoy, a lo largo de todo el país, unas veinte casas de consagrados han sido atacadas. Las religiosas han sido golpeadas y brutalizadas. Sin que nadie lo impidiera, los ladrones han llevado cuanto han querido: dinero, documentos de identidad, documentos importantes y otros objetos de valor. En este año 2015, que el papa Francisco ha dedicado a los consagrados, la Iglesia no imaginaba que los religiosos y las religiosas iban a ser tratados así en Haití.
La Conferencia Episcopal lamenta este estado de cosas que parece ser una acción coordinada de las fuerzas del mal y expresa aquí su viva preocupación. Condena con máximo rigor esta oleada de inseguridad que ha caído sobre las personas consagradas a Dios. Los servicios inestimables que prestan al país en la educación, la salud, la formación y en otros muchos campos de la promoción humana y del desarrollo integral del hombre haitiano son conocidos y agradecidos por todos. La Conferencia Espiscopal constata con inquietud que la inseguridad aumenta en nuestra nación. Cada día jóvenes, policías entre otros, son atacados y fríamente abatidos por las calles. La Iglesia se plantea amargamente el origen y las intenciones de esta escalada de violencia.
La Conferencia Episcopal brinda su apoyo incondicional a los miembros de la vida consagrada en nuestro país. Les renueva su gran proximidad en sus sufrimientos. Reza por los miembros de la vida consagrada y por todas las víctimas de la inseguridad pluridimensional que se ensaña a lo largo del país. Les pide valor para resistir a las pruebas. Desea que, de manera prudente, continúen viviendo su entrega al Señor con fidelidad y generosidad, por el bien de la persona humana.
La Conferencia agradece a las autoridades civiles y a la policía su apoyo y acompañamiento, pero desea que se apliquen sobre todo a la tarea de proteger a la población. Los culpables han de ser capturados y llevados ante la justicia para disuadir a los ladrones y desvalijadores sin fe y sin ley. La Conferencia Episcopal invita a las autoridades a redoblar la vigilancia para mantener el país en un clima de seguridad y de paz. En cuanto a la población, la Iglesia no cesará de animarles en su empeño de solidaridad positiva para hacer frente a los males que atacan a la sociedad haitiana. ¡Sed prudentes en la vigilancia y en la oración con fe! En Puerto Príncipe, en la fiesta de la Cátedra de San Pedro Apóstol, 22 Febrero 2015.
Su Eminencia Chibly Card. Langlois, obispo de los Cayos, Presidente de la Conferencia Episcopal de Haití.