Viaje a Pagani
Domingo, 24 de febrero
Domingo, 24 febrero 2019. Mañana, vuelta a Madrid.
Qué hermosa la primera lectura de hoy, “mientras todos dormían” David renuncia a la venganza que la realidad le facilita, (1Sam 26).
Jesús va más lejos, en el Evangelio de hoy nos propone “orad por los que os calumnian … haced el bien a los que os odian … amad a vuestros enemigos” (Lc 6). En estos temas mejor no mirar para atrás. En Jesús todo es dinámico, quiere construir un futuro con nosotros. Mejor acogerlo como quien va de comienzo en comienzo, que nos diría el hermano Roger.
Hoy en las celebraciones, el templo completamente lleno. Aplico la eucaristía por el abuelo de Jesús Leal, que murió ayer. Al final, P. Lucciano, tira de mi hasta la puerta de la calle y muy formalmente deseamos un buen domingo, una buena semana, a todos los que se detienen ante nosotros. Cantidad de apretones de mano, de miradas rápidas que lo dicen todo de una vez. Entre otras cosas porque hace un frío y un viento que pone las orejas rojas.
Por la tarde una visita a los sótanos de la casa. No hace mucho descubrieron que bajo el templo primitivo existía un amplio cementerio. Me han llevado a verlo y me han contado el proceso de disecación, y el trabajo que están realizando con un equipo de expertos. Nada agradable. Pero, por lo visto, también por aquí pasaron los restos del bueno de san Alfonso. Aunque a él, que había escrito una obra llamada “Preparación para la muerte”, seguro que no le sorprendió nada de lo que me han contado. Eran las costumbres de la época.
Anoche, terminada la cena, las campanas sonaron como no las había oído en mucho tiempo. Pero no era porque hubiese fuego, sino porque llegaba la procesión con las andas que portaban al beato Tommaso María Fusco. Fue como estar en mi pueblo. No te preocupes, yo también me enteré anoche de que existe tal beato. Parece ser que inspirado en San Alfonso, en el siglo XIX, hizo mucho bien. Aquí, en Pagani, transformó su casa en una escuela para los críos sin familia. Incluso fundó la congregación de las Hijas de la Caridad de la Preciosísima Sangre. ¡! . Esta tarde ha venido el obispo para una celebración especial en la basílica. Y al terminar, ruidosos fuegos artificiales. Nada que envidiar a Valencia.
Lecturas sobre san Alfonso y Sarnelli. En el contraste entre ellos se dice que si Alfonso aparecía reflexivo, Sarnelli era más espontáneo e impaciente. Si Alfonso era práctico hasta el pragmatismo, Sarnelli idealista y soñador. Si Alfonso era capaz de una autodisciplina férrea, Sarnelli incapaz de someterse a la vida del convento.
Sarnelli es un redentorista atípico, un volcán en acción, un Vesubio siempre ardiente, al que su actividad febril junto a los más abandonados, le llevó pronto a enfermar y la muerte apareció con poco más de cuarenta años.
Los dos han dejado, aparte de una historia de amistad, una experiencia misionera de oración hecha desde la vida. San Alfonso escribió:
“Condividi con Dio tutto ciò che ti accade;
parlagli di tutte le tue preoccupazioni
come lo faresti con il tuo amico più caro”.
Sábado, 23 de febrero
En 1747, san Alfonso escribe: “Es bueno el santo temor de Dios … pero la confianza siempre debe ir más lejos que el temor. Ensancha siempre el corazón en la bondad infinita de Dios”. Ha sido el primer hallazgo de esta mañana fría en la que intenta nevar.
Comienzo la jornada leyendo cartas del santo, disfrutando de su grafía, de su barroca escritura. No entiendo más de la mitad de lo que leo, pero lo disfruto. En el archivo le quité al P. Pupo mucho de su tiempo. Buscaba algún texto de san Alfonso al beato Sarnelli, que era su amigo. Sabemos lo mucho que le quería; pero solo hemos encontrado una en la que le hace una corrección ortográfica, pidiéndole que escriba Giesù y no Gesú. ¡Cosas de amigos que se quieren bien!.
Me doy cuenta que no va a ser fácil conseguir un librico similar al del Hno Roger, pero lo voy a intentar, (Maku, no temas, seguro que luego se vende bien para ayudar a los contenedores de Haití. Coro, Encarni, gracias por todo lo que estáis haciendo para que la próxima semana pueda salir el contenedor para Haití con comida no perecedera). Van apareciendo textos. Algunos amigos de esta comunidad me están dando materiales y aguantan mis palizas.
La sorpresa de esta mañana ha sido otro ramo de flores para San Alfonso, de parte del papa Francisco. Me dicen que se llaman Anturium. Por aquí se preguntan (nos preguntamos), ¿por qué el Papa recurre tanto a la intercesión de San Alfonso estos días? Sabemos que está pasando un momento difícil. No sólo él, también la Iglesia. Autocrítica. Quizás una manera delicada de rezar sea expresar nuestra necesidad depositando flores ante quien pedimos su intercesión. Es algo que va más allá de las palabras. Intensifiquemos nuestra oración por este hombre frágil, Francisco, sobre cuyas espaldas ha caído el sufrimiento y el dolor de todas las víctimas, así como la injusticia cometida por sacerdotes, obispos y cardenales.
Un rato por la huerta. Impresiona la mirada amplia de Alfonso a la hora de hacer los planos de esta casa, y pensar en tanto terreno para que la comunidad y los que se retiraban en este lugar pudiesen dedicar un tiempo a caminar. Limoneros y naranjos en abundancia. Ya pensaba en el contacto con la naturaleza.
Alfonso fue obispo a su pesar. Intentó resistirse, pero al final aceptó, aunque pidiéndole a Clemente XIII: “Pregate il Signore perché non mi danni l’anima”. Se ve que algo intuía. El 15 de febrero de 1775, el papa Pio VI, le aceptó la renuncia. Y en julio de ese mismo año volvió a Pagani. Aquí la artrosis deformante le fue clavando su mentón en el pecho. Una de las pinturas que se guardan en esta casa los muestran anciano y con esa enfermedad, pero con una sonrisa que habla.
Mons. José Luis Azuaje Ayala, Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, ha comentado en tweet que el Papa le ha dicho “Estoy atento a lo que sucede”, y ha conversado con él sobre la situación en Vanezuela. Hoy es el día en que se intenta distribuir la ayuda humanitaria. Un día difícil.
Viernes, 22 de febrero
Una mañana especial la de hoy. El P. Lucciano ha querido que fuésemos hasta Scala para hacer un rato de oración en la Gruta de san Alfonso. No hemos viajado por la costa sino por el interior, con sus interminables y difíciles curvas. De esta manera todo el día ha venido marcado por el gran afecto que siempre mostró san Alfonso a la Virgen y por la fundación de la Congregación Redentorista.
Debido a la bruma todo el paisaje invitaba al silencio. En una de las laderas varios hombres estaban talando castaños y eran tantos los árboles mutilados que ofrecían una imagen impactante. Vino la palabra “podar” a nuestra conversación.
Llegamos a Scala donde nació la Congregación del Santísimo Redentor, el 9 de noviembre de 1732. En los años de la Pastoral Juvenil Redentorista hemos visitado otras veces este lugar; pero hoy ha sido distinto.
Una visita a la comunidad de las madres redentoristas para saludar a Paloma, una madrileña que está en esta comunidad. Después, una primera visita a la capilla en la que está la imagen de Santa María dei Monti, imagen venerada por San Alfonso desde que llegó a estas montañas con sus cinco primeros compañeros.
San Alfonso invita siempre a confiarse a la intercesión de María. En su obra más representativa sobre la devoción a la Virgen, Las Glorias de María, tiene algunas afirmaciones, llevado por su afecto, que hoy resultan discutibles. Pero su amor a la Virgen es una constante en su espiritualidad, en su vivencia. Un lugar especialmente expresivo es la gruta, tan querida por Alfonso, donde se retiraba para orar a la Virgen.
Vamos a pie hasta la gruta. Desde allí se ve Ravello y el mar. Volver a este lugar, dar la espalda a tanta belleza, para contemplar la roca de la gruta habla de algunas opciones a las que la vida te conduce. Una plegaria de silencio y ojos cerrados. Acompañado por ese mensaje de Alfonso: “Io quand’ero giovane ci parlava spesso colla Madonna, mi ci consigliava per tutte le cose della Congregazione”. La gruta fue un lugar de recogimiento para él y sus primeros compañeros, un lugar de inspiración donde se vive el afecto de la Madre de Jesús.
Alfonso pintó varias veces el rostro de la Virgen y compuso canciones populares para Ella. Y en su historia como misionero la presencia de María está ante varias advocaciones: la Virgen de la Merced, a quien ofreció su espada renunciando a un estilo de vida, siempre cercano a él la Virgen del Buen Consejo. Se relacionan sus experiencias de éxtasis en varias ocasiones siempre durante la predicación ante la imagen de la Virgen. La más conocida, la que se produjo en un santuario cercano a Foggia, predicando una novena ante la Virgen que llaman de los Sette Veli. En varias pinturas aparece levitando ante esta imagen. Dos experiencias místicas, la roca y la levitación, entre los más sencillos de la Iglesia.
De la gruta han quitado la pequeña imagen de la Virgen, con lo que gana fuerza la roca. María es quien ayuda a construir la casa de la fe sobre la roca que es Cristo. Ella está como la que sirve, como la que entrega a su Hijo Jesús que es la Palabra de Dios.
Para la cena se han presentado en Pagani un grupo de amigas y hemos estado comentando anécdotas del encuentro en Pagani y en el Espino. Nombres concretos y sonrisas. “O bella mia Speranza, dolce Amor mio, Maria, tu sei la Vita mia, la Pace mia sei Tu”
Jueves, 21 de febrero
Mucho tiempo de esta mañana fue para hacer silencio en la habitación donde murió san Alfonso. Su sobria sencillez habla de él. Como una “confluencia” me viene a la memoria una cama similar en Taizé, con el hermano Roger muerto en esa habitación. No puedo evitar que vengan juntas estas dos imágenes.
Lo frívolo sería entrar aquí con los ojos de un turista. El Alfonso que había renunciado a seguir de obispo, vivió aquí los últimos doce años de su vida. El hombre valioso que pudo tener todo, eligió morir sobre el jergón de este catre, justo aquí.
En esta habitación se terminó el dolor interior de Alfonso. Incomprendido y traicionado por algunos de sus amigos, hasta hacerle sentir que moría fuera de la Congregación que había fundado. A Roger lo asesinaron cuando tenía noventa años. Alfonso muere aquí a los 91 y algunos meses. Parecen una confidencia del anciano Alfonso estas palabras suyas: “Non pensavo in questa età un regalo si distinto da’miei”. En este lugar atravesó el desierto de un sufrimiento interior. Como dice P. Lucciano, “il cielo in una stanza”.
Hace un día primaveral en Pagani. En Roma se inicia la cumbre anti-abusos. El Papa dice que no se puede vivir en constante acusación. Quien ama a la Iglesia no se queda detenido en la acusación.
Las confluencias dicen que hay algo común a todos los verdaderos santos.
Con el P. Pupo, una visita a la biblioteca donde están todos los documentos del inicio de la Congregación. Incluidas cartas y obras de san Alfonso. Con un grupo de voluntarios están informatizándolo todo para hacerlo más accesible. Me pasa una carta original en la que san Alfonso nombra a santa Teresa. Me regala una publicación con “La Canzoncine espiritual di s. Alfonso”
Por la tarde un paseo por la huerta de la casa. Limones, naranjas, habas, lechugas, ajos, coliflor … la comunidad come de lo que se cría en la huerta de modo natural.
En la lectura encuentro este texto de san Alfonso que parece una oración: “Heme aquí, Señor y Dios mío, ante este altar donde permanecéis noche y día por mi amor; sois fuente de todo bien, médico de todo mal, tesoro de los pobres”.
Miércoles, 20 febrero
Eucaristía a primera hora de la mañana y viaje a Teggiano, diócesis donde es obispo el redentorista Antonio de Luca. Voy con P. Lucciano y los padres Lorenzo Gasparro y Tony Proietto. La última vez que vi a Lorenzo era un joven lleno de ilusiones. He encontrado un hombre que ha vivido más de diez años en la misión de Madagascar, y tres en Jerusalén donde ha escrito su tesis sobre el evangelio de san Marcos. Ahora es profesor de Sagrada Escritura en la facultad de los Jesuitas en Nápoles. En sus ojos aparecen unas arrugas que no tenía la última vez que nos vimos. Junto a él, en silencio, siento que no fue estéril el trabajo de la pastoral juvenil.
Teggiano está más allá de Éboli. Nos estaba esperando Mons. Antonio, que pese a ser obispo no ha perdido nada de la espontaneidad que mostraba como redentorista. Me habla del proyecto que están realizando en el puerto de Salerno acogiendo a migrantes. Y las tensiones con algunos políticos que manipulan los gestos de la Iglesia que ayuda a los emigrantes.
Teggiano tiene unos ocho mil habitantes. Ha resultado toda una experiencia caminar por la calle con el obispo. La gente llegaba hasta él para saludarlo, y a los que no venían iba él. Saludos a voces. Sabe los nombres de quienes se encuentra. Algunos invitan a café pero ya lo habíamos tomado.
Visita al museo diocesano y la catedral, donde está el patrón ... san Cono !!! Al final de uno de los paseos está el obelisco de san Cono y una vista preciosa del valle porque el pueblo está a más de sescientos metros de altura.
Escuchando a Lorenzo hablar de la misión de Madagascar, recuerdo la conversación de ayer con el anciano P. Martone, que está en la zona de enfermos en la casa de Pagani. Ha gastado su vida en esa misión, está casi ciego y me pidió que le hablara de Haití.
Mons. nos ha invitado a comer. Pregunta por José Luis Bartolomé, por Víctor y Damián, los conoció de novicios. Pregunta Por el ex-obispo de Ciudad Rodrigo y por la Iglesia española. Un gran tipo, este Antonio !!!
Tras la comida, vuelta a Pagani, Lucciano y yo. Lorenzo y Tony hacia Avellino.
Sobre mi mesa un texto de san Alfonso: "È un gran favore di Dio, l'esser chiamato al suo santo amore"
Martes, 19 febrero
Esta mañana, nada más abrir la ventana, entró con la luz tenue la imagen gigante de Monti Lattari, las montañas que separan Pagani de Scala.
El hermano Mateo me acompaña por el museo de san Algonso y hablando de los últimos años y la muerte del santo, se emociona tanto, que sus ojos se llenan de lágrimas. Hemos rezado en esa habitación.
Ante las reliquias de nuestro Padre, bajo el altar del sagrario, hay un ramo con varias rosas enviado por decisión del papa Francisco. En ellas un texto que reproduce un tweet del Papa: "Il cuore si indurisce quando non ama. Signore, dacci un cuore che sappia amare"
En la lectura llega a mis manos una cancioncilla de san Alfonso, referida a las flores que se ponen junto a la reserva eucarística, cuyo primer verso dice: "Fiori felici voi ..."
Lunes, 18 febrero
Volver a Pagani es recordar el primer encuentro europeo de jóvenes redentoristas. Aquellos jóvenes pusieron en marcha una pastoral nueva para la Congregación.
Esta tarde me esperaba en el aeropuerto de Nápoles el amigo y redentorista P. Lucciano. Durante los aproximados cuarenta kilómetros hasta Pagani todo ha sido recordar aquel encuentro.
Cuando hemos entrado en la Iglesia, un grupo de unos 25 jóvenes estaban orando en la capilla de San Alfonso. Nos hemos unido a la oración.
Mirar la imagen yacente de san Alfonso ha despertado en mi recuerdos más jóvenes. Alfonso pide que se hable de él de otra manera. Pero, dónde estàn las palabras? Y la poesía y la precisión? La belleza !!!
Hemos cenado en lo que fue el primer refectorio en tiempos del santo fundador. Al salir al patio, un naranjo y la luna dieron la bienvenida.
José Miguel