14 de junio. Corpus Christi

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PRIMERA LECTURA.

Lectura del libro del Éxodo 24, 3-8.

En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una: «Haremos todo lo que dice el Señor.»

Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor.  Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel.  Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos, y vacas como sacrificio de comunión.  Tomó la mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar.  Después, tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió: «Haremos todo lo que manda el Señor y lo obedeceremos.»

Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo, diciendo: «Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos.»

SALMO RESPONSORIAL.  Salmo 115.

Antífona: Alzaré la copa de la salvación, invocando tu nombre.

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre.

Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. 
Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava; rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo.

SEGUNDA LECTURA.

Lectura de la carta a los Hebreos 9, 11-15.

Hermanos:

Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos.  Su tabernáculo es más grande y más perfecto: no hecho por manos de hombre, es decir, no de este mundo creado.

No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna.

Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen el poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo.

Por esa razón, es mediador de una alianza nueva: en ella ha habido una muerte que ha redimido de los pecados cometidos durante la primera alianza; y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna.

EVANGELIO.

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 14, 12-16. 22-26.

El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?»

Él envió a dos discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: ´´El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?``
Os enseñará una sala grade en el piso de arriba, arreglada con divanes.  Preparadnos allí la cena.»

Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.

Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo.»

Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron.
Y les dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos.  Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.»

Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.

Comentario a la Palabra:

NO SIN SU CUERPO,
NO SIN SU SANGRE
NO SIN SU BRAZO,
NO SIN SUS DERECHOS

Fiesta del Corpus Christi, sacramento de nuestra fe.

Los Obispos de la Comisión de Pastoral Social han publicado un documento en el que dicen:”En esta festividad la Iglesia en España celebra el Día de la Caridad. Hay una relación esencial entre Eucaristía y caridad. La celebración de la Eucaristía tiene implicaciones sociales. “Cada celebración eucarística actualiza sacramentalmente el don de la propia vida que Jesús ha hecho en la Cruz por nosotros y por el mundo entero. Al mismo tiempo, en la Eucaristía Jesús nos hace testigos de la compasión de Dios por cada hermano y hermana. Nace así, en torno al Misterio eucarístico, el servicio de la caridad para con el prójimo…”   y damos testimonio de la caridad con los más necesitados, como misión esencial de la Iglesia.: ”El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial, y esto en todas sus dimensiones: desde la comunidad local a la Iglesia particular, hasta abarcar a la Iglesia universal en su totalidad”

“Tomad y comed, esto es mi cuerpo” … y nosotros sabemos, como los primeros discípulos, que es todo Él quien se entrega.

No sin su cuerpo: Pan troceado y compartido. No sin su sangre, absorbida  sorbo a sorbo. Pero más que todo esto.

En muchas comunidades eclesiales se entonarán los cantos tradicionales de esta conmemoración eucarística.  Incluso se levantan altares en las calles. En Granada y en Toledo el pasado jueves la custodia mostró el pan consagrado y expuesto para la adoración.

La comunidad católica, desde aquel Papa Urbano IV y los corporales de Orvieto, en Italia (1263) insiste en una Presencia no siempre bien entendida. Presencia sacramental, pero con más frecuencia de la deseada convertida en presencia devocional.

Aunque la verdad es que la cosa empezó por aquellos que no podían asistir a la eucaristía y querían participar del pan. Más tarde el lugar donde se guardaba ese pan para los enfermos se transforma en espacio de oración. Y tras los siglos se hace de esa reserva un lugar devocional y central en muchos templos. ¿Qué ha pasado con el contenido de esa entrega?

El Evangelio aviva nuestra memoria repitiéndonos el  “Tomad y comed, esto es mi cuerpo”. Así, generosamente. Cuando lo escucharon los amigos de Jesús vieron que éste multiplicaba el pan partiéndolo, troceándolo. Y al final bebieron de su copa, cuidando que hubiera para todos.

El documento de los obispos sigue diciéndonos: “Desde que estalló la crisis financiera, un número creciente de hombres y mujeres afectados por la situación social y económica está llamando a las puertas de nuestras Cáritas, de las parroquias, congregaciones religiosas y otras instituciones eclesiales.  En ellos hemos escuchado el clamor de las víctimas y hemos podido descubrir los nuevos rostros de la pobreza”.

El Pan Común en el centro de la Iglesia. La Iglesia, el horno de ese pan.

Por las calles de los pueblos donde hay una numerosa comunidad católica, muchas rodillas se doblan al paso de este Pan. A los lugares de Cáritas vienen otros encorvados por la humillación pidiendo pan para vivir.

El sacramento de nuestra fe no es una cuestión devocional. Por eso los obispos escriben: “Los alarmantes índices de desempleo, el creciente número de pequeñas empresas en quiebra y de trabajadores a los que se les acaba el subsidio de desempleo, las dificultades de las familias para pagar sus hipotecas y otras deudas, y los desequilibrios emocionales y relacionales que eso genera, nos hacen sentir el dolor humano en toda su crudeza y descubrir que estamos  ante una grave crisis que no parece coyuntural, que está siendo de largo recorrido, y que no sólo afecta a personas sino que cuestiona, también, las estructuras mismas del vigente modelo social y económico.

El observatorio que mantiene Cáritas nos hace constatar que  en estos primeros meses del año 2009 se ha producido un notable aumento de demandas de ayuda en relación al año anterior. Pero no sólo constatamos un aumento en el número y en la diversidad de las demandas, sino que se están produciendo cambios significativos en los rostros de la pobreza”. 

El pan amasado con harina humana: miedos, egoísmos, irresponsabilidad, desamor …, pero también … oportunidad siempre nueva de poner los ojos en lo esencial, en lo que nos humaniza: Dios entre nosotros diciéndonos “Haced esto en mi memoria”.

“Si la hondura de la crisis ha puesto de manifiesto muchas  miserias personales, sociales y éticas, también es necesario reconocer que está siendo oportunidad para promover otro modelo social y económico más humano y justo, y para despertar ejemplares respuestas de solidaridad.  Es admirable la generosidad que se está generando entre amigos y en el seno de las familias para afrontar los efectos de la crisis. Son miles los voluntarios que están dando lo mejor de sí mismos intentando responder a los sectores más afectados y vulnerables; como, también, es digno de ser reconocido el esfuerzo sincero de muchos hombres y mujeres  del ámbito de la cultura, de la economía y la política por aportar respuestas concretas a la crisis.

Esta situación y la ramificación espiritual de las causas nos llama a todos a tomar conciencia no sólo de la responsabilidad de la comunicación cristiana de bienes, sino también de la necesidad de la conversión personal y comunitaria, de la revisión de las motivaciones  y estilos que rigen en nuestras instituciones”.

NOTA BENE:

Los hechos ocurrieron el pasado 28 de mayo, cuando el empleado de un horno de pan, un hombre de 33 años de edad y de origen boliviano, sufrió la amputación del brazo izquierdo mientras se encontraba trabajando de madrugada en la panificadora, en Real de Gandia (Valencia).

El hombre trabajaba en la empresa desde hacía dos años "con jornadas de 12 horas diarias, sin contrato, y por un sueldo de 23 euros al día",  

La Guardia Civil del cuartel de Oliva, que, alertada del suceso por los médicos del hospital, acudió a la fábrica para recuperar el brazo seccionado, supieron  que los responsables de la empresa lo habían arrojado a la basura. Los mismos que habían abandonado el empleado –por no estar dado de alta- frente al hospital. 

PANGE  LINGUA

Canta, oh lengua,
del glorioso Cuerpo de Cristo el misterio,
Y de la Sangre preciosa
Que, en precio del mundo,
Vertió el Rey de las naciones
Fruto del más noble seno.
Veneremos, pues postrados
Tan augusto sacramento;
Y el oscuro rito antiguo
Ceda a la luz de este nuevo;
Supliendo la fe sencilla
Al débil sentido nuestro.
Al Padre, al Hijo, Salud, honor y poder,
Bendición y gozo eterno:
Y al que procede de ambos
Demos igual alabanza. Amén.

 

Mensaje de la Comisión Episcopal de Pastoral Social para la Fiesta del Corpus Christi, Día de la Caridad: He visto la aflicción de mi pueblo, he escuchado su clamor