Episodio 15. El Reino ya está aquí

Comentario a Mc 1,14-39

Después de la escena del Bautismo, en el que Jesús es presentado como hijo de Dios y portador del Espíritu y tras el breve episodio de las tentaciones, Jesús está listo para comenzar. Y comienza su actividad así:

Tras ser arrestado Juan, vino Jesús a Galilea proclamando la buena noticia de Dios y diciendo: “Se ha cumplido el tiempo y se ha acercado el Reino de Dios: Convertíos y Creed en la buena noticia” (14-15)

La encarcelación de Juan marca el momento en el que Jesús decide emprender su propia misión en la región en la que se había criado: Galilea.

Marcos nos ofrece un resumen de su mensaje:

“Se ha cumplido el tiempo y se ha acercado el Reino de Dios:
Convertíos y creed en la buena noticia”

Este es un resumen muy resumido de la predicación de Jesús, tan comprimido que merece la pena que la “descomprimamos” un poco. La primera parte dice:

Se ha cumplido el tiempo (kairós)
y se ha acercado el Reino de Dios (basileia tou theou).

Juan anunció la inminente intervención liberadora de Dios. Jesús dice: No hay que seguir esperando el Reino de Dios ya está empezando a hacerse realidad. Es decir, Dios está empezando a intervenir en el mundo de una manera nueva y liberadora. Si el Reino de Dios está empezando a realizarse ya. ¿Cómo reaccionar ante esta nueva situación? Segunda parte del mensaje:

Convertíos (metanoeite)
y creed en la buena noticia (pistéuete en tō euangeliō)

El verbo metanoeō y el sustantivo correspondiente, metanoia, suele traducirse como convertirse/conversión. Metanoia es una palabra compuesta por el prefijo meta-, que denota cambio; y noia, que se deriva de nous, que quiere decir “mente”. Meta-noia es un “cambio de mentalidad”, no un mero cambio de ideas sino un cambio de la actitud ante la vida. La situación del mundo ha cambiado radicalmente, ¡cambia tu mentalidad y confía en esta noticia, aunque te parezca demasiado buena para ser cierta!

Tras esta presentación del mensaje, Jesús empieza a actuar: ¿Qué va a pasar ahora que el Reino está irrumpiendo en el mundo? Sigamos leyendo

Y pasando junto al mar de Galilea vio a Simón y Andrés el hermano de Simón echando la red en el mar pues eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid conmigo y pos haré pescadores de hombres. E inmediatamente dejando las redes le siguieron. Y siguiendo un poco más allá vio a Santiago hijo de Zebedeo y Juan su hermano que estaban en la barca arreglando las redes e inmediatamente les llamó y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los empleados fueron tras él. (1,16-20)

¿Cuáles serán las primeras medidas que Jesús toma en el incipiente Reino de Dios? Convocar discípulos

¿Se acuerdan lo que dijimos en los episodios sobre la Revelación? Dijimos entonces que la Revelación no es fundamentalmente revelación de unas verdades sino un encuentro entre Dios y los humanos. Lo primero que Jesús apenas ha enunciado de qué va es crear una comunidad entorno a él. La obra que va a dejar detrás Cristo no va a ser un conjunto de libros, sino una comunidad de personas que han quedado marcadas por su encuentro con él.

La llamada de estos cuatro primeros discípulos es presentada por Marcos como una cosa casi casual. Jesús no organiza un casting, o unas oposiciones. No hace una selección de personal en busca de los mejores y más cualificados, llama a cuatro pescadores que están pescando a la orilla de un lago. Estos se sienten tan fuertemente impresionados por la persona de Jesús que dejan inmediatamente lo que estaban haciendo y le siguen. El evangelio de Juan nos da otro relato de cómo los primeros discípulos conocieron a Jesús, más matizado; pero Marcos le gusta contar las cosas con cierta urgencia: Jesús llama, dejan las redes y le siguen.

Jesús ya no está solo, está rodeada de una pequeña comunidad. Lo que Marcos nos cuenta a continuación se podría titular: Un día en la vida de Jesús. Marcos nos presenta la actividad habitual de Jesús, que consistía en 1.- enseñar; 2.- expulsar demonios; 3.- Curar enfermos; 4.- Rezar. Vamos con el uno y el dos:

Y entraron en Cafarnaún e inmediatamente entrando en la sinagoga en sábado enseñaba y se asombraban de su enseñanza porque les enseñaba como teniendo autoridad y no como los escribas. E inmediatamente estaba en su sinagoga un hombre en espíritu impuro y gritaba diciendo: ¿Qué hay entre nosotros y tú, Jesús Nazareno? ¿Viniste a destruirnos? Sé quién eres, el santo de Dios. Y le reprendió Jesús diciendo: “Cállate y sal de él”. Y sacudiéndole el espíritu impuro y dando un fuerte grito, salió de él. Y se asombraron todos y discutían entre sí diciendo: ¿Qué es esto? Enseñanza nueva con autoridad. Hasta a los espíritus impuros les manda y le obedecen. Y propagó la voz enseguida por todas partes en toda la región de Galilea. (21-28)

Jesús entra en Cafarnaún, pueblo de pescadores a orillas del lago de Galilea y entra en la sinagoga en sábado. Me permito recordarles algo obvio: Jesús no era cristiano, era judío; por eso, no va a misa en domingo sino a la sinagoga en sábado.

Los judíos de aquella época sólo tenían un templo, el de Jerusalén; éste era el único lugar en que se podía dar culto a Dios mediante la ofrenda de sacrificios de animales. En los pueblos y ciudades había sinagogas, lugares de reunión en los que se encontraban al menos una vez en semana para escuchar pasajes de la Torá o de los profetas y para reflexionar y  rezar juntos.

No era necesario ser un sacerdote para hablar en esas reuniones. Los escribas –literalmente  grammateus, personas de letras– se encargaban normalmente de explicar la Escritura, pero cualquier adulto judío podía hacerlo.

En el contexto de la reunión semanal del pueblo de Cafarnaún, Jesús enseña y asombra a la gente por su autoridad. Jesús debía tener un estilo fuertemente personal que llamaba la atención, predicaba como quien sabía de qué estaba hablando.

En el contexto de esa reunión religiosa, un endemoniado se hace de notar.

Estamos asomándonos a una cultura distinta de la nuestra y en aquella cultura tenían otras formas de explicar la enfermedad que en la nuestra. Cuando una persona tiene fiebre, nosotros decimos tiene un virus. Una persona de aquella cultura nos preguntaría ¿qué es un virus? Y le diríamos “una forma de medio-vida tan pequeña que resulta invisible y que replica en tu cuerpo por miles de millones”. Se quedarían aterrorizados y nos dirían “¡y nosotros pensábamos que tenía un espíritu impuro!”

Nosotros tenemos un sistema de diagnosis y terapia distinta de las sociedades pre-científicas. ¿Cómo diagnosticaría la medicina moderna a personas que presentasen los mismos síntomas que los “endemoniados” del evangelio? Les pondríamos una etiqueta científica, por ejemplo, “esquizofrenia paranoide”. ¿Conseguiríamos curarlo? A veces sí, a veces no. Algunos pueblos en la actualidad –como los himba de Namibia– siguen practicando rituales de expulsión de espíritus; tienen otra forma de interpretar el mal que está aquejando a esa persona, y a veces consiguen curar y otras no.

Lo que el evangelio nos cuenta es que Jesús tenía el poder de devolver el dominio de sí a personas que habían perdido el control de sus cuerpos y de sus vidas, como este hombre.

Pero regresemos al relato de Marcos. La gente reacciona con asombro: “¿Qué es esto? Enseñanza nueva con autoridad” La gente no se queda asombrada porque haya restablecido a un endemoniado, se queda asombrosa de su “enseñanza con autoridad”. El exorcismo es como una demostración de la autoridad de la enseñanza de Jesús. Es decir, el exorcismo es una consecuencia de su enseñanza: Jesús no sólo enseña que el Reino de Dios está irrumpiendo y que por lo tanto el mal va a ser eliminado de la tierra, sino que efectivamente expulsa el mal de las personas y las restablece a la libertad. Reino de Dios irrumpe no aniquilando a los malos, sino liberando a las personas del mal.

Vamos con la tercera actividad de Jesús: las curaciones

E inmediatamente al salir de la sinagoga entró en casa de Simón y Andrés con Santiago y Juan y la suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Y acercándose a ella la levantó cogiéndole de la mano y le dejó la fiebre y les servía. Cuando se hizo tarde, cuando se puso el sol, le trajeron todos los enfermos y los endemoniados y toda la ciudad estaba reunida ante la puerta. Y curó a muchos de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios, y no permitía hablar a los demonios, pues le conocían (29-34).

En las últimas décadas el lenguaje inclusivo se ha hecho cada vez más común: ciudadanos y ciudadanas, madrileños y madrileñas, señores diputados y señoras diputadas. En varios lugares, el evangelio hace algo semejante, pero de manera más sutil: Tras la narración de una historia de exorcismo de un hombre en el espacio público –propio de los varones–, nos cuenta la curación de una mujer en el espacio de la casa –propio en aquella cultura de las mujeres-.

Tras contar estos dos casos, el narrador nos cuenta que Jesús curó y exorcizó a mucha más gente.

También dice que no permitía hablar a los demonios. Así introduce Marcos el tema del secreto mesiánico, que aparece repetidas veces en su evangelio y sobre el que reflexionaremos más a fondo en otro lugar. Seguimos con el último pasaje de hoy

De madrugada, mucho antes de que saliera el sol, se levantó y salió a un lugar deshabitado y allí rezaba. Y le buscaron Simón y los demás y lo encontraron y le dijeron: Todos te buscan. Y les dijo: “Vámonos a otra parte a los demás pueblos para predicar allí, que para esto he venido” Y fueron predicando por sus sinagogas por todas por toda la Galilea y expulsando a los demonios (35-39).

La cuarta actividad cotidiana de Jesús es la oración. Santa Teresa de Ávila definió la oración como “tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama” (Vida, 8, 2). Esta definición cuadra muy bien para explicar lo que vemos en esta escena del evangelio. Jesús se retira para tratar a solas con Dios.

Pero los discípulos le interrumpen y le reclaman. Jesús decide no quedarse en el mismo lugar, sino ir de pueblo en pueblo, predicando su mensaje y curando a la gente.

Llegamos así al final de estas 24 horas en la vida de Jesús y también al final de este episodio.