NAVIDAD 2006

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LO INVISIBLE ESTÁ DENTRO DE LA LUZ
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Le he robado el título a nuestro último premio Cervantes, ese poeta con un “murmullo irresuelto de obsesiones”, que se ha preguntado “¿qué hago yo delante del abismo?”, y habiéndose dado cuenta que “Alguien silba en mi corazón” no ha pasado de ahí. Dolorosamente su antología poética la termina repitiendo “Lástima de luz. Lástima de luz”.

Este hombre “ciego en la lucidez”, evidencia las posibilidades de la libertad humana. El ha escrito: “Yo necesito que esta vida que amo sea más digna de ser vivida”… y también: “Dios sabe que puedo llorar solo. Dios sabe que en mi casa hace frío…”

Gamoneda, da la impresión de no haber podido entrar en el misterio de lo invisible que contiene la LUZ, pero lo deja presentir como en un Adviento. Se lo agradecemos, pero estos días la LUZ es NAVIDAD e invita a la fiesta. ¡Hay plenitud! En Antonio Gamoneda hacemos presentes a todos los seres humanos que estos días no pueden o no quieren o se lo impide la hondura de sus heridas, ver al Invisible que viene para componer el más bello poema humano.

Para los cristianos la NAVIDAD del DIOS VIVO no es un tiempo lleno de tópicos colgados en “las cestas de la tristeza… y los grandes anuncios de la felicidad”. Se trata de un encuentro, de un abrazo hondamente humano.

Somos seres visitados que nos experimentamos “deseables”. Hay quien nos quiere abrazar, quien nos sonríe. El que viene como Luz llega para que todo ser humano sepa que es amado.

En Navidad, quien se manifiesta en el misterio de la Luz es un Dios que “vive, se abre a la vida y sonríe”. Por su nacimiento la Luz se ha hecho Estrella detenida sobre un establo, sinónimo de tantas cosas en estas fiestas.

Una Estrella como indicador y un establo como espacio de encuentro.
Y en medio, como señal, un niño envuelto en pañales.

El DIOS VIVO es ese Dios frágil y fiel que me confiesa un secreto de niño: el adentro de la Luz, Dios y el ser humano reconciliados, acogidos mutuamente en Jesús de Nazaret. Ese acontecimiento nos lleva a hacer fiesta.

Y ese secreto de niño se nos renueva hoy: posees en ti, si es que lo deseas, la capacidad de participar en esa vida divina.

Si crees en esa propuesta, busca en esta Navidad y siempre el tiempo necesario para adorarlo. Ahí bebe nuestra humanidad:

“Porque, frente a todo hombre, frente a todo poder (incluido el de mi tiránico corazón) que quiera anularme (como económica o socialmente inútil, afectiva o intelectualmente desechable), frente a todas las dictaduras, puedo recurrir a Dios como a un tribunal de apelación. Y Dios proclama que, sea yo quien sea, nadie (incluyéndome a mi) puede tocarme, porque soy a su imagen y semejanza…”

¿Creemos en nuestra grandeza? Descubramos, entonces, la altura que corresponde a nuestra profundidad.

La Luz del establo nos recuerda que el ser humano “no es puro pensamiento y acción. Es también sentimiento. Es vida y, por consiguiente, también “pasividad”, afectividad, ser que bebe en las fuentes vivas…”. Invitación no sólo a compartir sino también a la acogida, a dejarse acoger. Esa receptividad nos construye. Lo importante no son sólo los proyectos realizados durante el año, sino la vida que pasa por nosotros.

La hospitalidad nos hace receptivos y nos ensancha.

Desde ahí, estos días acogemos al Invisible que se hace uno de los nuestros en Jesús de Nazaret.

“Encarnación” es ahora la realidad y la Palabra de gloria y adoración; la Vida acogida y hecha más que justicia. Él viene a compartir para que seamos nosotros mismos. Y es su don el que nosotros compartimos. Es su don el que nos saca, sin chantajes ni dependencias, de nuestros espacios cerrados.

¡Navidad 2006! Dios no sólo existe, no sólo nos ha creado, sino que también nos visita. Ante él “no hay nada inexorable, nada definitivamente perdido. Todo puede ser siempre reemprendido, recomenzado, renovado y salvado”. En esa confianza consentimos en un nuevo nacimiento, volvemos a entregarnos.

Navidad nos recuerda que no hemos sido hechos para la desdicha “¿de qué le serviría al hombre poseer la libertad y la justicia, si llegase a perder el gusto por la felicidad?”

“Un pasaje del Talmud asegura que la alegría fue creada el mismo día que la luz, pero que quedó oculta con el fin de ser reservada más tarde para el que es imagen de Dios” El gozo es una porción de luz, parte de lo que ella oculta y la Navidad nos revela.

En estos días la fe cristiana “reconoce unidas existencia humana y presencia divina” en la figura del Cristo. Y con espíritu de infancia nos invita a adorar a un Dios que se ofrece y acepta ser rechazado

Desde la noche de Belén los cristianos sabemos que Dios no muere al entrar en contacto con lo relativo … Lo divino no es encerrarse dentro de lo más grande, “sino poder tener la capacidad de ser contenido por lo más pequeño”. El misterio en la Luz. Dios en un establo.

Desde su ser contenido en “lo pequeño” felicitamos y damos gracias a todos los amigos y colaboradores de AyC porque es NAVIDAD y por:

- la construcción de 20 viviendas para familias adivasis sin techo en Mymensingh (Bangladesh)

- por la compra de un terreno para la huerta escuela, la construcción de un pozo y las becas para jóvenes en formación agrícola en Níger

- por los pozos excavados en Haití, por los que se encontró agua y por los que hubo que seguir buscándola

- por los microcréditos para las mujeres de Zinder y Maradi (Níger)

- por el envío de medicamentos a Haití

- por el taller artesanal de madres sin recursos en Grand Yoff (Senegal)

- por la máquina para la carpintería del Centro Tondisa Ebale en Kinshasa (R.D. Kongo)

- por los módulos hospitalarios y la maternidad construidos para el dispensario de Tchirozérine (Níger)

- por el apoyo a la artesanía Tuareg

- por la ayuda prestada a algunos refugiados en España y a algunas familias con problemas

- por la casa para refugiados abierta en Tres Cantos (Madrid)

Todo ha nacido de un compartir los dones personales y el trabajo de muchos. Vamos a dar acogida a la LUZ que nos hace levantar la cabeza y ensanchar nuestros horizontes. ¡Navidad es! ¡VIVAMOSLA!