Modelos de Iglesia en la historia

La Iglesia tiene una larga historia de casi ya 2000 años. En estos largos siglos, la Iglesia a sufrido toda serie de vicisitudes y transformaciones:

Una brevísima historia de la Iglesia puede encontrarse en http://www.acogerycompartir.org/Quaestiones/q5.htm

Modelos de Iglesia

El teólogo norteamericano Avery Dulles ha propuesto cinco modelos de iglesia que explican las diferentes concepciones acerca de la Iglesia. Antonio María Calero los resume en su libro “Somos Iglesia” (pp. 24-31)

1.  Iglesia como sociedad perfecta

Se subrayan los elementos institucionales. Lo formal y lo externo prima sobre lo interior. Sentimiento de superioridad frente a las “sociedades mundanas”, que esconde un espíritu defensivo. Protagonismo del clero y pasividad del laicado. Fue predominante en los años preconciliares. Pertenecer a la iglesia es acatar las normas y obedecer a sus representantes oficiales

2.  Iglesia como comunión mística

En reacción contra la visión tan juridicista del modelo anterior, se subrayan los elementos interiores de la Iglesia: la experiencia del Espíritu, y la comunión entre los miembros, que se entiende ante todo como amor y amistad. Ser miembro significa estar en comunión con Dios por su Espíritu. Esta comunión es fuente de una comunión entre los hermanos basada en una experiencia común del Espíritu y en una común dignidad como Hijos de Dios. Tiene el peligro de quedarse en un “espiritualismo” que no potencie el sentido misionero y la acción concreta a favor de la justicia

3.  Modelo sacramental

No confundirlo con una iglesia que se dedica fundamentalmente a administrar sacramentos, algo más propio del primer modelo. En este modelo, la iglesia se entiende a sí misma como sacramento. Un sacramento es la presencia visible de lo invisible. La Iglesia a través de su existencia concreta y visible hace perceptible la comunión invisible entre Dios y la humanidad. Es de algún modo, una síntesis de los dos modelos anteriores. Lo visible (modelo 1) es mediación sacramental de los invisible (modelo 2)

4.  Modelo heraldo

La Iglesia se entiende a sí misa como anunciadora (heraldo) del evangelio. Está en función de una misión, que consiste en el anuncio explícito de la Buena Noticia de Jesucristo. En este modelo, la Iglesia deja de mirarse a sí misma y se abre a la misión, que entiende como dar a conocer a Jesucristo.

Tiene el peligro de quedarse en las palabras, la predicación no es creíble si no es también signo concreto y real. Por eso, este modelo también necesita ser complementado por los anteriores

5.  Modelo servidora

La misión de la Iglesia no es solo proclamar a Jesucristo sino servir a los pobres. Este es el aspecto subrayado por este modelo. En situaciones de secularización, el único lenguaje inteligible es el del servicio. Sirviendo a los pobres la Iglesia realiza su ser. Sin embargo, privado de las otras dimensiones, la Iglesia puede convertirse en una ONG más.

Estos cinco modelos (y quizás otros que se podrían pensar) son complementarios. Ninguna se basta para dar plenitud de la vocación de ser iglesia. Cuando se absolutiza uno de estos modelos con exclusión de los demás se produce una Iglesia unidimensional que falsea el don de Dios.

La Eclesiología del Concilio Vaticano II

La eclesiología dominante antes del Concilio Vaticano II (1961-65) era el del modelo 1: iglesia como sociedad perfecta. Los otros modelos estaban de algún modo presentes, pero más como propuestas teóricas que como realidades. Un grupo de la curia romana presentó un borrador sobre la Constitución de la Iglesia que esperaba se aprobara sin muchos problemas. Lo que sucedió fue algo muy distinto

A través de seis redacciones distintas y profundas transformaciones, se llegó a un amplio consenso sobre qué es la Iglesia. La Constitución Dogmática “Lumen Gentium” aprobado en 1964 por 2151 votos a favor y 5 en contra se convirtió en el nuevo paradigma de la eclesiología y en la columna vertebral de los documentos conciliares.

Este documento (que puede descargarse de la red en versión española desde: http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/index_sp.htm). Se articula en ocho capítulos:

1. La Iglesia es Misterio en cuanto hace visible lo invisible de Dios Trinidad

2. La Iglesia es el Pueblo de Dios. En ella todos los cristianos gozan de igual dignidad y son corresponsables.

3. y 4. Tratan respectivamente de la vocación ministerial (sacerdotes y obispos) y de la vocación laical. Ambos son complementarios. Se abandona el esquema anterior de subordinación

5 y 6. También están en relación. En el capítulo quinto se aborda la vocación universal a la santidad (antes reservada a los religiosos) y en el sexto habla de una forma renovada sobre la vida religiosa

7. Carácter peregrino e itinerante de la Iglesia

8. María, “miembro de la Iglesia” y su “modelo más acabado”

La nueva conciencia eclesial

·        Más sacramental que institucional

·        Más comunión de comunidades que sociedad perfecta

·        Más misionera y dinámica

·        Más corresponsable e igualitaria

·        Pueblo de Dios en cuyo interior y a cuyo servicio está la jerarquía

·        Peregrina y provisional, dinámica más que estática

·        Concreta en cada comunidad local

·        Acogedora y humanista frente a los valores del mundo

·        Abierta al diálogo ecuménico