Una Juana de Arco para nuestros días

Traducción del artículo de Stephanie Salter publicado en San Francisco Chronicler, 17 de Julio del 2001.

Ella encarna una de las frecuentes paradojas de la Iglesia Católica: la hermana Joan Chittister es, al mismo tiempo, cruz y corona para la jerarquía eclesiástica.

Chittister, que tomó sus votos a los 16 años al comienzo de la era Eisenhower, es un testamento de fidelidad a su iglesia y a los votos de pobreza, castidad y obediencia que se exige a las monjas.

Por otro lado, Joan Chittister es una feminista. En uno de las dos docenas de libros que ha escrito, "En busca de fe", declara que el lenguaje sexista de la Biblia y del Credo Católico:

"Al excluir la fuerza vital femenina de la imagen de Dios, hace que muchos lean como si se estuviera diciendo... que Dios ama, valora, "encarna" al hombre pero no a la mujer, que la plenitud de la vida es masculina. Si la idea no fuera tan impía en su reducción de la Divinidad a masculinidad, sería hasta divertida".

Recientemente, la paradoja de la hermana Joan se ha intensificado y extendido a través de la iglesia para encolerizar e inspirar todo tipo de católicos. Entre ellos las monjas de otras órdenes religiosas que han tenido acceso al gran liberador de nuestro tiempo: el Internet.

Según la priora de Chittister, la hermana Christine Vladimiroff, (Erie, Pennsilvania, USA), el Vaticano la "ordenó" que prohibiera a la hermana Chittister hablar en un congreso internacional en Dublín (Irlanda) sobre la ordenación de mujeres.

"El Vaticano creyó que su participación estaría en oposición a su decreto Ordinatio Sacerdotalis, que afirma que la ordenación sacerdotal nunca será conferida a mujeres y que por tanto no debe ser discutido," dijo Vladimiroff en una declaración que ha sido recientemente publicado en la página web del monasterio benedictino (www.eriebenedictines.org)

Después de meses de oración, debate, búsqueda de consejo y un viaje a Roma para "dialogar", Vladimiroff dijo que decidía "declinar" la petición del Vaticano de mantener a Chittister en casa y callada

"No veo que su participación en esta conferencia como una fuente de escándalo a los fieles como el Vaticano alega. Pienso que, al contrario, los fieles pueden escandalizarse cuando intentos honestos de diálogo sobre cuestiones de importancia en la iglesia son prohibidas"

Las benedictinas, dijo la priora, nacen del monacato del siglo IV "que vivía en el margen de la sociedad para ser una presencia orante que cuestiona tanto a la iglesia como la sociedad. Las comunidades benedictinas de hombres y mujeres nunca tuvieron el propósito de ser parte del estatus jerárquico o clerical de la iglesia, sino permanecer separada de esta estructura y ofrecer una voz diferente."

Así, el mes pasado, Chittister fue a Dublín y habló a los 345 delegados de 27 países. La semana pasada, después de muchas amenazas veladas, el Vaticano anunció que no se impondría ningún castigo ni a ella ni a otra hermana británica que también habló. Fue una victoria asombrosa para las mujeres católicas y la libertad de expresión.

La conferencia de Chittister puede leerse íntegra en la página web benedictina antes citada, así como en la de la Conferencia Mundial por la Ordenación de las Mujeres (www.wow2001.org). En el entretanto, pueden leer a continuación un extracto de la misma, que les recomiendo que lean especialmente la próxima vez que se sientan tentados a pensar que la iglesia católica es solo el papa, los cardenales y los obispos.

"Cuando 'la tradición' se convierte en sinónimo de 'el sistema', y mantener el sistema llega a ser más importante que mantener el espíritu de la tradición, el discipulado se encoge y se convierte, en el mejor de los casos en 'obediencia' o 'fidelidad' al pasado pero no un compromiso profundo a la presencia viva de Cristo afrontando las lepras de la época..."

"Proclamar una teología de la igualdad -decir que todas las personas son iguales delante de Dios - y al mismo tiempo mantener una teología de la desigualdad, una espiritualidad de la dominación en nombre de Dios, que dice que las mujeres no tienen lugar en el gobierno de la iglesia y el desarrollo de la doctrina, es vivir una mentira."

Texto completo de la conferencia de la Hna. Chittister y de la declaración de la priora de la comunidad benedictina de Erie